Steven Mnuchin no parece estar empeñado en el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Alejado de la política, el poderoso ex secretario del Tesoro durante la administración del republicano sigue ligado al poder económico y acaba de liderar una sorprendente operación que sacudió al sistema financiero de Estados Unidos. Un grupo de fondos de inversión reunidos por Mnuchin anunció en las últimas horas una inyección de efectivo de mil millones de dólares en New York Community Bancorp (NYCB) a un precio de remate, de dos dólares por acción.

La información fue confirmada por NYCB de manera oficial, que apuntó así a garantizar su supervivencia en un contexto de fragilidad manifiesta. La inyección de capital será realizada por Liberty Strategic Capital, el fondo de inversión del ex funcionario republicano y otras firmas entre las que figuran Hudson Bay Capital, Reverence Capital Partners, Citadel Global Equities. A ellos se suman, según se informó, otros inversores y miembros del consejo del propio banco regional estadounidense.

Como parte de la transacción, se espera que Liberty, la firma que es propiedad de Mnuchin, invierta 450 millones de dólares (414 millones de euros), mientras que Hudson Bay invertirá 250 millones de dólares (230 millones de euros) y Reverence invertirá 200 millones de dólares (184 millones de euros).

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La operación hizo que las acciones de NYCB se recuperaran de las pérdidas que sufrieron ante la noticia de que el banco estaba buscando inversores externos. Entre los analistas de mercado hay quienes piensan que se trata de capital muy caro para el NYCB, pero lo coloca sobre una base regulatoria mucho más firme.

Lo cierto es que en la sesión del miércoles las acciones de NYCB llegaron a ser suspendidas de negociación cuando caían un 42% y una vez levantada la suspensión,se anotaron una subida del 90%.

Un grupo de fondos de inversión reunidos por Mnuchin anunció en las últimas horas una inyección de efectivo de mil millones de dólares en New York Community Bancorp (NYCB) a un precio de remate, de dos dólares por acción.

Hasta hace algunos días, NYCB era considerado uno de los ganadores de la crisis que sacudió la banca regional estadounidense hace un año, cuando adquirió a través de su filial Flagstar Bank todos los depósitos y una parte de la cartera de préstamos del fallido Signature Bank. Sin embargo, ahora y como parte de un efecto dominó de alcance incierto, aparece en lucha por su propia supervivencia. La intervención del grupo de fondos de inversión que lidera el ex secretario del Tesoro de Trump llegó después de que el banco reformulara sin éxito sus cuentas en el cuarto trimestre de 2023 y viera desplomarse su cotización.

Mnuchin con Trump, cuando era su secretario del Tesoro.

AP

El nuevo director ejecutivo del banco es Joseph Oting, un viejo conocido de Mnuchin. Son dos especialistas que se conocen bien y ya trabajaron juntos: fueron presidente y director ejecutivo de OneWest Bank en una circunstancia equiparable. Fue el momento en que la entidad que les pertenecía decidió comprar la mayoría de los activos de IndyMac, un prestamista hipotecario que quebró en la crisis financiera de 2008. Con ese acuerdo, Mnuchin ganó personalmente cientos de millones de dólares. Ahora aspira a hacer lo mismo.

Mnuchin fue uno de los funcionarios más leales de Trump y arquitecto del plan de reducción de impuestos de su gobierno, pero huyó espantado de las filas del trumpismo después del ataque al Capitolio.

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Como secretario del Tesoro de Trump, Mnuchin tuvo un papel determinante en el préstamo record de U$S 55.000 millones que el Fondo Monetario Internacional le entregó al gobierno de Mauricio Macri en 2018. Pese a los incumplimientos del acuerdo en que incurrió el gobierno argentino, se llegaron a ejecutar desembolsos por 44.000 mil millones de dólares y, como hombre de Trump, Mnuchin tuvo una incidencia crucial. El ex secretario del Tesoro impuso el peso de Estados Unidos para presionar al halcón y número 2 del Fondo David Lipton con el objetivo de auxiliar a Macri. 

Hasta hace algunos días, NYCB era considerado uno de los ganadores de la crisis que sacudió la banca regional estadounidense hace un año, cuando adquirió a través de su filial Flagstar Bank todos los depósitos y una parte de la cartera de préstamos del fallido Signature Bank.

A pedir de Trump, Mnuchin logró que el organismo de credito incumpliera sus propias reglas para socorrer a su amigo en plena campaña electoral, le permitiera al Banco Central de la República Argentina intervenir en la zona de no intervención -con el objetivo de frenar una corrida cambiaria- y le entregara de todas maneras nuevos desembolsos que se habían acordado para otras circunstancias. Eso pese a que Macri no había cumplido con la mayor parte de las metas acordadas con la entidad que dirigía entonces Christine Lagarde. Ahora dueño de un fondo de inversión, Mnuchin fue la cara de la administración Trump en una operación de alto voltaje, en la que la política de Estados Unidos se impuso sobre el FMI con un resultado que hoy nadie reivindica.

A pedir de Trump, Mnuchin logró que el FMI incumpliera sus propias reglas para socorrer a su amigo Macri en plena campaña electoral, le permitiera al Banco Central de la República Argentina intervenir para frenar una corrida cambiaria.

Se espera que la transacción que salvo al banco regional de Nueva York se cierre alrededor del lunes 11 de marzo, sujeta al cumplimiento de ciertas condiciones de cierre, la recepción de las aprobaciones regulatorias requeridas y la presentación de una solicitud de cotización complementaria requerida para autorizar la cotización en la Bolsa de Valores de Nueva York de las acciones.