La nueva era en Chicago de la mano de Brandon Johnson todavía no ha comenzado, pero "la ciudad del viento" resuena en las noticias por los incidentes con adolescentes del fin de semana y la postura permisiva del alcalde ganador en las elecciones. Johnson tomará el relevo de Lori Lightfoot el próximo 15 de mayo, lo que marcará la transición oficial, pero el progresista es a quien todos prestan atención en estos momentos para saber cómo pretende lidiar con incidentes como los del fin de semana pasado.
En concreto, cientos de adolescentes se dirigieron al centro de Chicago donde destrozaron autos y agredieron físicamente a los turistas, acrecentando la visión del Chicago violento al que los medios conservadores presentan como la capital del crimen de Estados Unidos.
El Departamento de Policía de Chicago dijo que "nunca se tolerará la actividad criminal" en la ciudad, y que los estragos se produjeron menos de un año después de una "toma de control de adolescentes" similar. La policía de Chicago realizó 15 arrestos durante el caos del sábado y la mayoría fueron acusados de conducta imprudente. Además, un joven de 16 años fue acusado de uso ilegal de un arma y un adulto y un menor fueron acusados de posesión de un vehículo robado.
Un sindicalista alineado con Sanders ganó en Chicago y los afroamericanos gobernarán las cuatro ciudades más grandesMientras tanto, el alcalde electo de Chicago condenó las acciones de los adolescentes pero advirtió en contra de estigmatizar a la juventud de la ciudad. "De ninguna manera apruebo la actividad destructiva que vimos en el Loop y la orilla del lago este fin de semana. Es inaceptable y no tiene cabida en nuestra ciudad", recordó Johnson. El progresista que derrotó al demócrata moderado Paul Vallas a principios de este mes añadió que "sin embargo, no es constructivo demonizar a los jóvenes que, de otro modo, se han visto privados de oportunidades en sus propias comunidades".
Johnson ganó de manera ajustada con un mensaje suave contra el crimen y esta situación de jóvenes causando el caos en el centro de Chicago, llamado "teen takover" (toma adolescente) es el primer incidente polémico al que ha tenido que reaccionar. El alcalde electo reafirmó su visión de acercarse a la problemática del crimen desde una perspectiva reformista y no de mano dura.
Precisamente, ejemplifica la dicotomía que vive el Partido Demócrata respecto a la gestión del crimen urbano. Mientras que Johnson tiene palabras comprensivas con los perpetradores de altercados, la otra figura demócrata que abraza la posición contraria, Eric Adams en Nueva York, refuerza al departamento de policía al que un día perteneció con robots y alta tecnología.La defensa de los jóvenes que produjeron los altercados puede jugarle en contra a Johnson si se incrementan los disturbios en una ciudad que ya tiene altas tasas de conflicto urbano, algo que extendería el mensaje de la impunidad. Paralelamente, el nuevo alcalde deberá manejar un departamento de policía que abiertamente no puede cuestionarlo pero que hubiera preferido la victoria del contrincante demócrata Vallas.Chicago tuvo la mayor cantidad de homicidios en los Estados Unidos en 2022, con un total de 697 homicidios. Una cifra que supera a Filadelfia (516), Nueva York (438), Houston (435) y Los Ángeles (382). Chicago ha liderado la nación por undécimo año consecutivo en el ranking de homicidios según el informe de Wirepoints, un grupo de investigación con sede en Illinois, que pese a resaltar los altos números de Chicago, confirmó a Nueva Orleans como la ciudad con la tasa de homicidios per cápita más alta del país.
Ted Dabrowski, presidente de Wirepoints, sostiene que no se puede ignorar cuándo una ciudad tiene la mayor cantidad de asesinatos en el país, especialmente 11 años seguidos. "Y por eso también es muy importante mirar el número total de homicidios. Chicago tiene casi 700 homicidios. Una ciudad que es mucho, mucho más grande, como Nueva York, tiene menos de 500. Por lo tanto, sus cifras son importantes, pero también lo es el número absoluto", afirmó.
El nuevo alcalde, que hace unos años abogaba por quitarle fondos al departamento de policía, no solo deberá hacer frente a esas preocupantes tasas de crimen, sino a los efectos económicos de la gestión de la inseguridad. Un ejemplo son los negocios que se ven forzados a cerrar sus puertas por los robos, por la inseguridad que sufren los empleados, o por las pérdidas que registran muchos establecimientos en zonas conflictivas de la ciudad.
Un caso que ejemplifica esta problemática es la cadena de supermercados Walmart. El operador de grandes almacenes ha sido foco de críticas de activistas y políticos progresistas por su decisión de cerrar la mitad de sus tiendas en Chicago solo unos años después de aceptar expandirse en la ciudad como parte de su "iniciativa corporativa de justicia racial" tras la muerte de George Floyd.
Cuatro tiendas están cerrando: tres en los vecindarios de bajos ingresos de Chatham, Kenwood y Little Village y otra en Lakeview. Walmart dice que las tiendas simplemente no son rentables "debido a una combinación de nuestras ventas, el margen del producto y los gastos" y que la empresa pierde "decenas de millones de dólares al año".
Tal vez Walmart se hubiera quedado en Chicago, como prometió originalmente, si la alcaldesa saliente Lightfoot hubiera logrado lidiar con una realidad que hereda Johnson. El progresista culpa a las corporaciones por causar pobreza y planea atacarlas con aumentos de impuestos para financiar sus muchas "inversiones" y programas sociales.
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