A pesar de que en los últimos días el precio del crudo se había ubicado por debajo de los 100 dólares por barril, el costo de las gasolinas en Estados Unidos sigue elevado, lo que desató las críticas de Joe Biden. En México el caso fue aprovechado por López Obrador para presumir su estrategia y hasta se tomó la libertad de mandarle un consejo a su homólogo estadounidense para atender la problemática.  

" Yo le podría hacer una recomendación al presidente Biden para resolver rápido el problema", lanzó el mandatario mexicano en su conferencia de este jueves, en referencia al tuit del mandatario estadounidense, quien criticó que las empresas gasolineras no estaban reduciendo sus precios a la par que la reducción que mostraba el referencial de gas y crudo.

"Las compañías de petróleo y gas no deberían aumentar sus ganancias a expensas de los trabajadores estadounidenses", dijo Biden un día antes, en su cuenta de Twitter, agregando que la última vez que el petróleo costaba 96 dólares el barril, la gasolina costaba 3.62 dólares el galón. "Ahora cuesta $4.31", concluyó.

La queja fue aprovechada por López Obrador para "evidenciar" que su estrategia está funcionando, pues a pesar de las presiones en el mercado petrolero, el precio de las gasolinas se ha mantenido sin alzas abruptas en el país y, según AMLO, en comparación con el país vecino del norte está 10 pesos por debajo.

"Se acuerdan por qué nosotros no tenemos este problema. Porque producimos el petróleo y lo distribuimos, o mejor dicho, procesamos la gasolina y Pemex distribuye el 90% de gasolinas. Nosotros tenemos más capacidad para control de estos energéticos estratégicos; allá no", dijo López Obrador. 

El problema es que López Obrador hizo mal la cuenta en vivo. Primero pidió que alguien convirtiera los 4.31 dólares por galón a precio mexicano por litro. La cuenta era bastante sencilla, porque un galón son 3.785 litros. Entonces, un litro -según los números presentados por Biden- cuesta 1 dólar con 139 centavos. Si el tipo de cambio hoy cotiza a 20,50 en promedio, ese litro de gasolina cuesta 23,34 pesos mexicanos.

Quiere decir que la cuenta que hizo López Obrador para determinar que el precio de la gasolina en México está diez pesos más barato que en Estados Unidos fue un error. El precio -siempre según los números de Biden- es de 23.34 pesos mexicanos. Dicho de otro modo: un precio casi idéntico a los precios en México.

Aún así, AMLO le quiso dar un consejo a Biden -"con todo respeto", dijo-. Le aconsejó establecer un precio máximo como ocurre en el país en el caso del gas LP. "Sí, libre mercado, pero que no abusen.  Pero además, preguntarse: ¿y entonces para qué está el Estado? No es dejar todo al mercado porque suceden estas cosas que él está planteando ahí (en el tuit). Se pueden tener precios máximos y aplicar la ley a los abusadores", agregó.

Destacó que la misma problemática está ocurriendo en España: "Ayer el Presidente Sánchez está planteó a la Unión Europea que para eso deberían estar los diputados, para defender la economía de los pueblos, porque los precios de gas están por los cielos y tienen que tomar medidas para bajar los precios de estos combustibles", y advirtió que si no logran controlar los precios, la inflación seguirá en escalada. 

López Obrador deberá ajustar fuerte el gasto púbico para poder mantener el subsidio a la gasolina

En México, López Obrador aplica el tope de precios solo para el caso del gas LP, luego de acusar que un monopolio gasolinero tenía el control de este negocio; en cuanto a las gasolinas no usa la misma estrategia, pues asegura que en este sector los gasolineros "se han portado bien", por lo que el control es a través de estímulos al IEPS, una especie de subsidio que beneficia consumidores. 

Sin embargo, en el mercado económico han alertado que esta opción se está volviendo una bomba de tiempo para las finanzas públicas del país y se prevé que no será sostenible en un par de meses sin implicar algún costo o decisión por parte del gobierno. Dada la firme promesa de que no habrá gasolinazos, se estima que si sigue esta tendencia, en abril tendrán que venir nuevos ajustes al gasto.