El diputado nacional de Juntos por el Cambio, Ricardo Buryaile, presentó un proyecto de declaración para repudiar los ataques a los silobolsas que vienen en aumento en las últimas semanas (se calcula que en mayo hubo al menos 30 roturas intencionales).

El proyecto, que será tratado en la próxima sesión en la Cámara de Diputados, busca forzar al Frente de Todos a condenar públicamente los hechos vandálicos en los campos en función de la falta de definiciones concretas por parte de ese espacio político.

El documento dice textualmente: "Expresar su más enérgico repudio ante los hechos de violencia e inseguridad que están atravesando los productores con roturas de silobolsas, inutilización de sus producciones y ataques diversos a la propiedad privada".

El Gobierno se despegó de los ataques a silobolsas y cruzó al campo

En diálogo con LPO, Buryaile, ex ministro de Agricultura entre 2015 y 2017, comentó que "estamos preocupados porque los hechos de violencia contra la propiedad privada en las zonas rurales se están repitiendo con una frecuencia inusitada, casi a diario".

"Esperamos el acompañamiento unánime ya que se trata de acciones que afectan la seguridad de las personas y sus bienes. El Estado debe dar respuestas y brindar seguridad. El Gobierno no ha dado ni con el origen ni con los culpables", apuntó.

Si bien no se sabe cuál será la posición del oficialismo sobre el proyecto de declaración, el bloque de Roberto Lavagna podría plegarse. "Los productores necesitan producir con serenidad y seguridad", señaló el diputado lavagnista Alejandro "Topo" Rodríguez.

La semana pasada todas las instituciones de la cadena agroindustrial conformaron una coalición para condenar las roturas de silobolsas y solicitar a las autoridades nacionales y provinciales que se tomen una serie de medidas de seguridad para evitar los hechos.

A partir de esa declaración conjunta, el ministro de Agricultura, Luis Basterra, organizó una reunión virtual entre los integrantes de la cadena agroindustrial y la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, tal como contó este medio el sábado pasado.

En el campo están preocupados por la campaña que están sufriendo los silobolsas. Es que se trata, en rigor, de una tecnología argentina creada en la década del '90 que cambió la relación de fuerzas entre la oferta y la demanda en el mercado de granos.

Esta industria no sólo exporta silobolsas, sino también embolsadoras, extractores y carros autodescargables a más de 50 países. Se calcula que todos los años se almacenan alrededor de 55 millones de toneladas, dependiendo del volumen de la cosecha agrícola.

Una ola de ataques a silobolsas enciende la pelea entre el campo y el kirchnerismo

Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las ventas de silobolsas reportan una facturación anual de u$s 90 millones, a lo que se suman u$s 50 millones en concepto de exportaciones y u$s 400 millones adicionales por servicios prestados por contratistas.

Cabe mencionar que en los últimos 22 años la producción agrícola pasó de 50 a 147 millones de toneladas (antes las cosechas se almacenaban en silos fijos). Los principales compradores de silobolsas argentinos son Brasil, Uruguay y Sudáfrica.

También se registran envíos a Paraguay, Estados Unidos, Chile y Ucrania. Las empresas que se reparten la mayor parte del negocio son Ipesa Río Chico (Ipesasilo), Inplex Venados (Agrinplex), Sixcom (SiloBag) y Thyssen Plastic Solutions (Agrosilo TPS).

Para tener una idea, la dimensión del silobolsa promedio es de 75 metros de largo y 2,70 metros de diámetro con una capacidad de almacenamiento de 200 toneladas. Esta industria consume unas 65.000 toneladas de plástico por año para abastecer la demanda.