Durante el pasado mes de marzo -que contó con 11 días oficiales de cuarentena y aislamiento obligatorio- la participación promedio de los productores agropecuarios en el precio final de los alimentos aumentó al 25,9%.

El dato revela que la brecha entre lo que recibe en el productor primario y lo que paga el consumidor se ubicó en su nivel más bajo en los últimos 28 meses, según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) al que accedió LPO.

El estudio, que mide las diferencias de precios de los 25 principales alimentos que se sirven en la mesa familiar de los argentinos, estableció que los valores se multiplicaron en promedio unas 4,4 veces entre las dos puntas de la cadena de valor comercial.

En marzo pasado la inflación general promedio, medida por el INDEC, se ubicó en un 3,3%, mientras que en "alimentos y bebidas" llegó al 3,9% influenciado por la fuerte demanda que se generó, sobre todo, durante los primeros días de aislamiento.

En este contexto, el informe de CAME muestra que el zapallito fue el producto que mayor brecha registró el mes pasado: el productor cobró $ 9, al tiempo que los consumidores pagaron $ 69,30 por kilo, con una brecha de precios del 766%.

El caso del limón también fue significativo dado que la participación del productor en el precio final fue de solo un 12,6%. El valor en góndola se ubicó en promedio en $ 56,70, al tiempo que el primer eslabón de la cadena recibió $ 7,10 por kilo.

En la pera, por ejemplo, el precio en origen en marzo fue de $ 11,50, mientras que en las cadenas de supermercados y verdulerías se encontró a un valor medio de $ 81,60 por kilo, con una diferencia del 609% o de 7,1 veces.

Uno de los casos más paradigmáticos por su importancia en la canasta básica alimenticia es la leche. En marzo los tamberos cobraron $ 17,65, al tiempo que los consumidores pagaron en promedio unos $ 68 por litro (la brecha fue del 285%).

Del otro lado, según el estudio de CAME, el mes pasado los alimentos con menores brechas de precios fueron el repollo, pollo, huevo, brócoli, lechuga y tomate con una participación de los productores que se ubicó entre un 30 y 48%.

La situación en las economías regionales genera preocupación por las dificultades para afrontar pagos. Los mayores problemas se presentan en el sector vitivinícola donde la cadena de comercialización está paralizada en las provincias productoras.

"Hay muchos cheques rebotados y bodegas que hacen liquidaciones a través de los bancos, por lo que no pueden pagarle a los productores y estos, a su vez, a los cosechadores", dijo Eduardo Garcés, titular de la Federación de Viñateros de San Juan.

Otro de los problemas que registran varias actividades es la falta de mano de obra para la cosecha. "Muchos trabajadores tuvieron que volver a sus provincias de origen para cumplir la cuarentena", comentó la productora mendocina Gabriela Lizana.

En el sector yerbatero, por su parte, si bien aún no comenzó la zafra en las provincias de Misiones y Corrientes, los productores están reportando problemas serios para el pago de salarios a los trabajadores y no se descartan despidos en los próximos meses.

Uno de los sectores más complicados es el de manzanas en el Alto Valle. Ya antes de las medidas de aislamiento los productores venían trabajando por debajo de sus costos que se ubican en $ 16 por kilo con un pago en tranquera que ronda los $ 13.