Paolo Menghini, el padre de Lucas, un joven muerto en la tragedia de Once, se mostró indignado por el choque de trenes en Castelar y descargó sus críticas al Gobierno nacional. “No sé a qué vine, estoy reviviendo lo del 22 de febrero”, expresó Menghini, quien en diálogo con radio La Once Diez advirtió que “todo esto que hemos denunciado vuelve a pasar”.

“Estamos completamente destrozados, si no sirvieron 52 muertos para entender que las condiciones tenían que cambiar de fondo, no sirve nada”, manifestó. “Es inadmisible lo que ha pasado, estamos indignados”, agregó.

Menghini también afirmó que “desde hace 15 días” el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo “nos está llamando para reunirnos”. “Nosotros no tenemos nada que hablar con el gobierno nacional”, aseguró y explicó: “Nosotros somos querellantes en la tragedia de Once, no tenemos nada que hablar con nadie del Gobierno”.

Más tarde, Menghini dijo que "El tren que impactó fue refaccionado en EMFER, que es de los Cirigliano, los responsables empresariales de la tragedia (de Once)". Además, advirtió que los familiares "ya lo habíamos denunciado y se lo hemos dicho al ministro Randazzo en reiteradas oportunidades".

"Los trenes no se podían mandar a refaccionar a la empresa EMFER, propiedad de los responsables empresariales de la tragedia (de Once). Ahí lo tienen, vayan a ver cómo quedó el tren nuevo, el tren refaccionado: absolutamente separado entre sus vagones", completó.

En tanto, María Lujan Rey, la madre de Lucas, también le apuntó a Randazzo y aseguró que las "prioridades" del funcionario "nunca tuvieron que ver con la seguridad" de los trenes.

En declaraciones a FM Identidad, Rey dijo sentir "un dolor muy grande al pensar que toda la lucha diaria de los familiares por ponernos de pie, por trabajar para que esto no volviera ocurrir" fue en vano y sostuvo que "quienes tienen la responsabilidad de evitar estas cosas no han aprendido nada. Las 52 vidas perdidas el año pasado parece que no alcanzaron".