Las interminables negociaciones salariales con los docentes suelen mostrar la flaqueza de las arcas de Daniel Scioli para afrontar los aumentos que piden los sindicatos. Es que el ritmo de aumento de los gastos es superior al de los ingresos y ahí el gobernador siempre depende de la ayuda que la nación quiera brindarle.
Ante ese escenario, el sciolismo denunció que el gobierno está trabándole las autorizaciones para poder salir a tomar deuda y así darle un poco de aire a sus asfixiadas finanzas. La respuesta del gobierno no tardó en llegar. "Tomar préstamos es un camino peligroso", advirtió Lorenzino.
Pero el cruce no quedó ahí. El senador provincial Alberto de Fazio amenazó con abandonar el pacto fiscal, que data de la década de los noventa.
“Qué sentido tiene que sigamos pidiendo autorización a la Nación cuando se ponen palos en la rueda permanentemente”, se preguntó el legislador, tras lo cual afirmó que “pareciera que el Pacto es sólo responsabilidad de las provincias y Lorenzino nunca es responsable de nada”.
El pacto fiscal se inicio durante la Convertibilidad, cuando los gobernadores firmaban acuerdos con Cavallo para que la nación se hiciera cargo de sus deudas, refinanciándola, ante el aumento explosivo de la misma. Con la condición de que siempre se le pida permiso al ejecutivo nacional antes de cualquier emisión.
En el 2005 se sanciona la Ley Federal de Responsabilidad Fiscal, que ordena todos los pactos fiscales celebrados en la década anterior. Sucesivamente, todas las provincias fueron adhiriéndose por medio de sus respectivas Legislaturas, a excepción de San Luis y La Pampa, que no tenían deudas.
Hasta ahora, el único distrito que abandonó el pacto fue la Ciudad de Buenos Aires, en el 2009, cuando ya Mauricio Macri se había convertido en jefe de gobierno. En ese entonces, la decisión se debió a que la Nación no autorizaba al partido amarillo a endeudarse en el exterior.
Parecidos y diferentes
El problema es que la situación de la provincia es sustantivamente diferente. No cuenta con recursos propios tan importantes como la Capital, sino que depende de los recursos que le envíe el gobierno para poder sostener los aumentos salariales de docentes y estatales. Además, la nación le va refinanciando los créditos que le ha ido dando a lo largo del tiempo.
Por eso los especialistas consultados por LPO consideraron que las desventajas de abandonar el pacto superan las ventajas. Por un lado, podrían salir a los mercados para pedir financiamiento, pero por el otro dejarían de percibir los recursos que la nación le gira en forma de asistencia o préstamos, y dejaría de refinanciar las deudas que mantiene con ella.
Este último punto es el más grave, porque ni bien empiece a incumplir con sus obligaciones, la nación ejecutaría esas deudas.
En ese sentido, resaltaron que la amenaza de De Fazio es poco probable que se concrete, aunque una fuente al tanto de las negociaciones destacó que la medida “se está analizando” en el sciolismo.
Pero hay otros factores que podrían jugarle en contra a Scioli de hacer una jugada de este tipo. Y es que difícilmente una deuda emitida por la Provincia de Buenos Aires pueda ser atractiva para los inversores, más allá de lo alta que pueda llegar a ser la tasa de interés.
“Tiene una situación de descalabro fiscal que es estructural, no conseguirían quién les preste”, analizó un especialista en el tema. Sobre todo porque abandonar el pacto fiscal implicaría dejar de contar con el respaldo de la nación como garantía de última instancia.
“Otra de las perdidas que tiene es que para obtener préstamos con organismos multilaterales de crédito a tasa baja exigen que el gobierno federal sea el garante”, agregó dicha fuente.
Otra fuente consultada por LPO contó que en caso de dar este paso, por más que no tenga que pedir autorización al gobierno, es el Banco Central quien da el visto bueno para transferir los dólares, por lo que las provincias podrían pagar los préstamos hasta donde sus reservas de divisas se lo permitan. Además, el mercado observa el precedente de los bonos de Chaco y Tucumán, que fueron pesificados de prepo a fines del año pasado.
Las otras dos provincias que están en una situación de gravedad son las de mayor población y producto Córdoba y Santa Fe. No es casualidad que ambas estén gobernadas por opositores y sean de las principales en cuanto a población y producto.