En un año que empezó convulsionado por las peleas de Scioli y Mariotto el bloque de senadores oficialistas de la provincia de Buenos Aires volvió a crujir, esta vez por un insólito pedido de su jefa para echar a una integrante porque criticó la política de transporte en el recinto.

La bancada del FpV-PJ la lidera desde marzo Cristina Fioramonti, la esposa de Carlos Kunkel, senadora desde 2007 cuando también tuvo su primera incursión en la política.

Como jefa debutó a los sobresaltos: en la primera reunión que encabezó discutió fuerte con un grupo de senadores por imponer en el temario la conformación de una comisión para estudiar la muerte de Candela Sol Rodríguez, que tuvo una sospechosa actuación de la policía bonaerense.

Quien en ese entonces le saltó a la yugular fue Eda Ehcosor de Acuña, esposa del intendente de Hurlingham Luis Acuña. Es que fue en ese distrito donde apareció el cadáver de la menor y la legisladora pretendía al menos saber antes de la sesión que iba estar ese tema en carpeta.

Acuña y otros siete senadores formaron ese día un subgrupo en el bloque, que le llamaron inicialmente “La Balestrini”, en honor al ex vicegobernador, para luego rebautizarla como La Juan Domingo y ser, de a ratos, el contrapeso sciolista ante cada embate del kirchnerismo duro.

Los meses hicieron virar algunas posiciones, Mariotto fue desterrado del cristinismo y el intendente Acuña participa en los actos de Sergio Massa. Pero para Fioramonti todo sigue igual.

En la última sesión del año no soportó que Ehcosor criticara las políticas de transporte nacional durante el debate por el traspaso de la autopista Buenos Aires La Plata.

“El Gobierno carece de una política planificada de transporte; la falta de planificación a largo plazo hoy desnuda la ausencia del control estatal”, fue lo que dijo la esposa de Acuña.

Suficiente para que, una vez terminada la sesión, Fioramonti estallara y procediera de forma inédita: le mandó una carta a Mariotto en la que pide, recomienda o sostiene, según quien entienda, que Ehcosor tiene que dejar de sentarse con el oficialismo y apoyar sus proyectos.

“En el entendimiento de que la senadora Ehcosor ha reflejado sus convicciones en el uso de la palabra, y las mismas resultan tan opuestas a las del resto de mis compañeros de bancada, es que se pone de manifiesto su alejamiento de este Bloque, y que, en relación a esa postura, cuenta con absoluta libertad de acción”, escribió la esposa de Kunkel a Mariotto.

Ni en el Congreso ni en la Legislatura bonaerense recuerdan a un jefe de bloque solicitar formalmente que uno de sus miembros se aleje de sus filas: por el contrario, suele ser tomado como una derrota de los jefes de bloque.

En la Cámara de Diputados de la Nación, donde Kunkel hace sentir su voz, permanecen hoy Juan Facundo Moyano y Jorge Yoma, críticos del Gobierno en varias sesiones. Cuando le preguntan, Agustín Rossi, el jefe de la bancada, quien los cruza en el recinto cuando no les gusta lo que dicen, repite que echar diputados de un bloque no es lo que se acostumbra.

Fioramonti no lo ve así, pero olvidó que el reglamento de la Cámara tampoco está pensado para sus actitudes y, por los tanto, le da libertad interna a los bloques para decidir. O sea, necesita que la mayoría de sus 28 miembros quieran una compañera menos.

Y se puso a trabajar en eso. Llamado va y llamado viene, en los días previos a navidad logró que se sumaran a su embestida interna varios ultraK, como su vicejefe Patricio García, hermano de la diputada Andrea García, ex funcionaria de Julián Domínguez.

También lo hicieron el ex rector del Nacional de La Plata Gustavo Oliva, sus coterráneo Emilio López Muntaner y Luciano Martini; el ex intendente de Monte Hermoso Alejandro Di Chiara (cercano a Florencio Randazzo), Jorge Ancona (el Evita, vinculado al Chino Navarro) y Leonor Granados, hermana del intendente de Ezeiza y siempre amigo del presidente de turno.

El contraataque llegó. Alberto Di Fazzio, de la Juan Domingo y habitual vocero del sciolismo, pidió una urgente reunión de bloque. También lo hizo Jorge D’Onofrio, cercano a Massa, como ahora lo es Acuña. Otro massista es José Luis Pallares.

A todo esto, Mariotto, que hace unos meses se muestra obediente con Scioli, no dijo nada. Ni siquiera habló Santiago Carreras, el único senador que lo obedece.

La única muestra de apoyo la hizo su portal Agepeba difundiendo la noticia y las razones esgrimidas por Fioramonti.

Casi sin chances de que haya sesiones extraordinarias, la discusión debería retomarse en marzo, cuando tal vez el escenario político se haya sacudido con candidaturas para la elección legislativa. Pero parece difícil que la esposa de Kunkel olvide su rabia con la mujer de Acuña.