La nueva terminal de La Plata, anunciada con bombos y platillos por el intendente Pablo Bruera y el ministro Florencio Randazzo, ya genera controversia y preocupación entre los vecinos de la capital provincial. Sin embargo, el jefe comunal parece intentar bajar la expectativa al proyecto: Funcionarios de su entorno asegurarón que “sólo se trata de un proyecto”.

Ayer, concejales y vecinos del barrio de Tolosa, lugar donde se proyecta la construcción de la terminal Ferroautomotor, comenzaron una serie de reuniones tras el malestar que casó el anuncio.

“Hemos escuchado e intercambiado ideas sobre un tema que ha puesto a la comunidad de Tolosa en alerta”, el pesidente del Círculo Tolosano, Pablo Pérez.

Según expresaron, ya pasaron varios días del anuncio de la nueva terminal y todavía tuvieron respuestas al planteo realizado a la administración de Infraestructura ferroviaria. “Nosotros queremos conocer el proyecto en su total dimensión. Es por eso que estamos solicitando una audiencia con los encargados del proyecto”, señaló Pérez.

La nueva estación Ferroautomotor viene siendo anunciada desde los años en que el ministro de Justicia, Julio Alak, era intendente de la capital provincial. El proyecto original del ex jefe comunal era construirla en la esquina de las calles 1 y 44 donde se encuentra la histórica estación de ferrocarril.

Sin embargo, el proyecto de Bruera era levantarla en la localidad de Tolosa. Semanas atrás, el jefe comunal junto con el ministro del Interior y Trasporte, Florencio Randazzo, anunciaron la construcción. Sin embargo, más tarde trascendería que sólo se trata de la afectación de un predio sin ningún tipo de recursos.

Quien también participó de la reunión con los vecinos fue el concejal del PRO, Julio Irurueta. “Los enviados de Bruera no nos dieron ningún detalle. Dejaron en claro que falta hacer muchos estudios que garanticen la viabilidad del proyecto. Es decir que ni siquiera tienen hechos los estudios de prefactibilidad”, explicó el edil a LPO.

Irurueta destacó además otro dato: “No saben cómo lo van a financiar y el acuerdo firmado entre Florencio Randazzo y Pablo Bruera no aparece. Ninguno de nosotros lo pudo ver”.

La reunión dejó para los concejales una sensación de malestar similar a lo ocurrido en 2010 cuando los vecinos de varios barrios de la capital provincial rechazaron la planta de tratamiento de residuos que finalmente se comenzó a construir en Ensenada.