La crisis comenzó a golpear a las economías de varias administraciones provinciales y distritales. De hecho, el gobierno de Daniel Scioli confirmó esta tarde que los estatales provinciales cobrarán el medio aguinaldo en cuotas desde julio a octubre después de que la Nación sólo accediera a transferir mil millones de pesos y no los 2400 millones que necesitaba la Gobernación. De todos modos, desde los municipios del Conurbano aseguran que por el momento no habrá problemas para el pago de salarios.

Por ejemplo, en Avellaneda el intendente Jorge Ferraresi depositó hoy los sueldos y el aguinaldo de los casi 4 mil empleado con los que cuenta su municipalidad. Según señaló a este medio el titular del Sindicato de Trabajadores Municipales, Rubén “Cholito” García, “no hubo ningún problema en el cobro”. Desde el gremio señalan que el jefe comunal les aseguró que tampoco habrá atrasos en los meses venideros.

Lo mismo sucede en Lomas de Zamora, donde los 3500 municipales también cobraron su sueldo y aguinaldo. Desde la Comuna agregaron que “las cuentas están ordenadas” aunque rezan para que en las próximas semanas no haya un descalabro financiero general que afecte a la intendencia de Martín Insaurralde. “A menos que todo se vaya de las manos, estamos bien”, confiaron fuentes municipales.

En Esteban Echeverría, el jefe comunal Fernando Gray también abonó en tiempo y forma. El 25 de junio los empleados cobraron el aguinaldo y hoy fueron depositados los sueldos. En San Vicente, Daniel Di Sabatino, también consiguió pagar en tiempo y forma.

En la otra punta del Conurbano, en San Miguel, Joaquín de la Torre también abonó los sueldos y el aguinaldo y según aseguran en su administración hasta fin de año tiene asegurados los fondos para cumplir con los salarios y con los servicios generales básicos.

Pero la escasez de fondos está haciendo temblar a la mayoría de los intendentes. Por caso, De la Torre no recibe fondos desde Provincia desde que comenzó el año y, por los cambios en la coparticipación en el Presupuesto nacional, Echeverría vio mermado su presupuesto en 12 millones de pesos.

Di Sabatino no la tiene mejor. Para poder pagar los sueldos y el aguinaldo (unos 6 millones de pesos) tuvo que recortar servicios básicos como la recolección de residuos o la recorrida de barrenderos.