La decisión del Gobierno nacional de nacionalizar parte de las acciones de YPF puso en apuros al gobernador de Chubut, Martín Buzzi, a pesar de ser uno de los principales impulsores de la medida. Sucede que con la rápida salida de los españoles de Repsol, la petrolera quedó debiendo millonarias sumas a las empresas tercerizadas que tuvieron complicaciones para pagar los sueldos de mayo.
Según señala el diario Clarín, Buzzi a través de una operación que incluyó al Banco Central giró a esas Pymes unos 22 millones de pesos aunque la deuda podría ascender a 160 millones.
En ese sentido, desde el Sindicato de Petróleo y Gas Privado, advirtieron que de no mediar un acuerdo entre las nuevas autoridades de YPF y las PYMES podrían estar en riesgo unos 2500 puestos de trabajo.
“Hubo al menos cuatro empresas que tuvieron complicaciones para el pago de sueldos pero al día 5 todos los trabajadores cobraron. Por el momento descartamos cualquier tipo de medida de fuerza”, le dijo a LPO el titular del sindicato en Chubut, Mario Mansilla.
Según estiman en el sector, la deuda de Repsol crece hasta 160 millones de pesos entre las más de cincuenta empresas contratistas. Por caso, el debe va desde 2 millones hasta 30 millones aunque las cuentas más abultadas son con las firmas que trabajan en el levantamiento de torres.
Por eso, desde el Sindicato confían en que el total de las empresas quedarán como contratistas de la nueva YPF y para eso ya establecieron contacto con el nuevo CEO de la empresa, Miguel Galuccio.
“Es una persona interesante, sabe del tema y no va a ver ningún tipo de problemas con los trabajadores por este tema”, confió el titular de la Federación de Petroleros, Alberto Roberti.
Con ese escenario, lo que buscan las empresas es firmar nuevos convenios que también incluyan planes de inversión en la compra de flota de automotores y equipos, además de financiamiento para los sueldos.