El fiscal federal Carlos Rívolo avanzó hoy con la investigación sobre el vicepresidente Amado Boudou sospechado de participar en la compra de la empresa ex Ciccone Calcográfica, que benefició a un grupo de allegados a él.
Fuentes judiciales informaron a la agencia DyN que Rívolo tomó medidas formalmente en la causa al solicitar copia del expediente judicial que levantó la quiebra de la empresa y que después de lo cual la compañía quedó en manos de The Old Fun S.A., cuyo titular es Alejandro Vandenbroele, amigo de la infancia de Boudou.
Tal como anticipó La Nación, también le solicitó a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) el expediente en el que se pidió la quiebra de la empresa, mientras que a la Secretaría de Comercio a cargo de Guillermo Moreno le requirió copia de la resolución por la cual le entregó a Ciccone la planta impresora que alquilaba otra empresa.
Por otra parte, el Ministerio Público también requirió presentaciones que se hicieron en la Unidad Fiscal de Investigaciones Tributarias y de Contrabando (UFITCO).
Rívolo tiene la causa delegada por el juez federal Daniel Rafecas, iniciada sobre la base de las denuncias que presentaron los abogados Jorge Vitale y Ricardo Monner Sans.
Con esos informes, el fiscal analizará la situación de la ex Ciccone y evaluará si hay indicios para vincular a Boudou con el levantamiento de la quiebra y su compra. De esta manera, busca establecer si el vicepresidente favoreció a allegados suyos para que controlen a la ex imprenta Ciccone Calcográfica , autorizada a imprimir papel moneda.
Ciccone, ya con sus nuevos dueños, había obtenido el visto bueno técnico de Casa de Moneda para la impresión de billetes de 100 pesos, por unos 50 millones de dólares. El negocio no llegó a concretarse por el escándalo que derivó en la salida de Benigno Vélez, hombre de Boudou, del Banco Central.