La designación de Hernan Lorenzino como ministro de Economía fue entendida como una “señal a los mercados” y marca la continuación del actual rumbo económico que ha tomado el gobierno. El delfín de Amado Boudou es reconocido por su labor en las negociaciones que el estado argentino mantiene con los principales organismos de crédito para regularizar la situación de su deuda, sobre todo con el Club de París.

Y es que actualmente las finanzas del gobierno se encuentran en una situación delicada, y no parece que vaya a aliviarse en el corto plazo. En ese sentido un regreso a los mercados aparece como una opción que la elección de Lorenzino como ministro ayuda a reforzar. Sin embargo, el primer paso para poder obtener préstamos a una tasa que el gobierno pueda afrontar es un acuerdo con los países que integran el Club de París, porque podría abrir las puertas a créditos de menores tasas y algunas inversiones que se encuentren frenadas por dicho motivo.

Diversos operadores del mercado dieron sustento a esta hipótesis. Pero lo que todavía no está claro es si el acuerdo con el organismo está próximo a realizarse o si habrá que seguir esperando para que las negociaciones se destraben.

Desde un estudio especializado en finanzas afirmaron a LPO que “ya se empezó a negociar, sólo falta cerrar algunos temas como la intervención o no del Fondo Monetario Internacional en los pagos”. “Argentina hizo una propuesta de un plan de pagos a 4 años; el club de París no aceptó porque quieren que intervenga el FMI y de otra forma el plazo sería más corto” continúa el especialista.

La opinión no es compartida para un economista de uno de los principales bancos de la city porteña. “Cuando asumió Boudou dijo lo mismo y sin embargo no logró nada” comentó a LPO, quien asegura que todavía no hay suficiente información como para confirmar el acuerdo.

“La Argentina tiene escasas reservas, por lo que no se va a desesperar por pagarle al Club” agregó la fuente. Normalizar esta deuda implicaría un desembolso por parte del estado argentino de U$S 2000 millones por año, un pago que al parecer no se redundaría en mayores beneficios para el gobierno argentino, porque no se traducirían en más financiamiento. Y si se tiene en cuenta el bajo nivel de las reservas de libre disponibilidad, el gobierno se encontraría en una situación más que estrecha. 

Pero desde otra consultora matizaron esto último y consideraron que un acuerdo “podría destrabar alguna inversión productiva”.

Actualmente el monto que la Argentina le adeuda a este selecto grupo de países está entre los 7 mil y diez mil millones de dólares. La cifra varía dependiendo de si se contabilizan los intereses punibles y los devengados.

El debate por las reservas

La forma en la que el gobierno puede afrontar sus compromisos atraviesa el debate sobre las reservas de libre disponibilidad, las cuales terminarían de agotarse con el pago de los bonos al finalizar el año. Es decir que a partir del año que viene es muy posible que la Carta Orgánica del Banco Central tenga que ser modificada para poder utilizar las reservas en dólares que actualmente forman parte del respaldo a la base monetaria.