Los nuevos controles implementados por la AFIP resultaron en un debate acerca del rol que los pequeños ahorristas juegan en la corrida por el dólar. Y es que las restricciones que el gobierno impuso para la compra de divisas se tradujeron en la imposibilidad de muchos para la adquisición de la moneda norteamericana, incluso para cifras irrisorias. Pero el oficialismo no dio marcha atrás en la aplicación y defensa de estas medidas: sostienes que se utilizan como un mecanismo para combatir el lavado de dinero.

Durante el pasado sábado Marco Del Pont participó del encuentro de Carta Abierta, en la que explicó que sólo el 7 por ciento de quienes acuden al mercado de cambios compran menos de 1000 dólares, mientras que un 37 por ciento lo hacen para hacerse de más de 100 mil billetes verdes. La ecuación, a primera vista, parece cerrar. Sin embargo, en su informa también se menciona y muestra una gran zona intermedia, compuesta por quienes desde julio a septiembre adquirieron entre 1000 y 20 mil dólares.

Pero la presidenta del Banco Central obvió mencionar que quienes operaron con ese monto son el 39 por ciento de los ahorristas totales. Es decir, una cantidad de personas o entidades similar al manejado por los grandes inversores, pero con un nivel de compra significativamente inferior. Vale preguntarse en qué categoría ubicaría el gobierno a quienes se hicieron con cifras de este tipo, claramente alejadas de lo que pueden manejar “grandes fortunas individuales”.

Los datos difundidos por Marco del Pont motivaron las críticas que Alfonso Prat Gay realizó vía Twitter, en la que acusó a la funcionaria. “El propio Banco Central te desmiente: 5% son compras mayores a US$1 millón, 45% compras mensuales menores a U$10.000” publicó el diputado de la Coalición Cívica en el medio virtual. Desde el gobierno desmintieron esas cifras, ya que pertenecen al informe del segundo trimestre del presente año del BCRA.

Sin embargo, las cifras no son demasiado diferentes a las presentadas por la presidenta del BCRA, que pertenecen al período comprendido entre julio y septiembre de 2011 y serán presentados oficialmente el jueves próximo. Por ejemplo, el porcentaje de compradores por más de 100 mil dólares es del 23 por ciento. El principal desfasaje en las cifras surge de qué margen de montos se tomen. Por ejemplo, en el informe del BCRA citado por Prat Gay el mínimo desagregado es por compras de hasta 10 mil dólares, mientras que el mínimo que manejó Marco del Pont durante su presentación fue de mil.

En definitiva, si se analizan acabadamente, ambos informes dan cuenta de un mismo fenómeno: entre julio y septiembre la suma entre pequeños y grandes ahorristas (obviando las compras “medias”) suma un 76 por ciento, mientras que para el segundo trimestre la proporción ronda un 70 por ciento. Por lo tanto gran parte de quienes demandan dólares pueden dividirse en dos grandes grupos: por un lado inversores de gran poder adquisitivo; por el otro ahorristas de ingresos medios.

Aldo Abraham, economista y director de la Funación Libertad y Progreso, explicó a LPO que la corrida está generada por “gente que tiene mucha plata, pero también argentinos de ingresos medios e incluso bajos”. Y la razón que lo motiva, según Abraham, es “el miedo de lo que pueda pasar, por lo que deciden comprar dólares para ahorrar”.

“No son cuatro o cinco ricachones, si todos retiramos nuestros ahorros del sistema bancario va a ser pernicioso para la economía, porque ese dinero por un lado permitía financiar crédito y por el otro, es riqueza que decide ahorrarse en vez de consumir, con lo cual se ralentiza la economía” firma este economista. Y considera que los controles de la AFIP no se crearon para los grandes inversores, sino que terminaron recayendo en quienes compran pequeños montos. “La gente no sea pasea con un maletín con 50 mil dólares” concluyó.