02 de mayo, 2024
Estiman que la crisis de los frigorÃficos seguirá hasta el 2012
La faena de hacienda el año pasado cayó un 30 por ciento generando un alto grado de capacidad ociosa en las plantas del sector, que causó la pérdida de miles de puestos de trabajo. El proceso de reconstrucción de rodeos bajo la mirada de un especialista, la situación empresa por empresa y las medidas del Gobierno que originaron la crisis.
Si bien la crisis que están atravesando la mayor parte de los frigoríficos ganaderos no es nueva, lo que sí resulta una novedad es que, ya transcurridos unos cuantos meses, a esta altura no exista ningún indicio de una recuperación en el corto plazo.
Así, muchos actores del sector cárnico se preguntan hasta cuándo continuará este panorama de incertidumbre, falta de inversión, y por ende, ausencia de generación de nuevos puestos de trabajo en las plantas industriales del interior del país.
Ante este interrogante, varios especialistas del mercado señalaron a LPO que la solución no será rápida ni sencilla dado que todo depende de la recuperación del stock ganadero, para que los frigoríficos puedan volver a su habitual nivel de actividad.
“La industria frigorífica seguirá en crisis hasta al menos mediados de 2012”, aseguró hoy en diálogo con La Política Online el analista Víctor Tonelli, uno de los hombres que más conoce el mercado de carnes del país.
“La faena cayó un 30 por ciento el año pasado y es lógico que estén atravesando esta situación”, señaló Tonelli, y agregó que “en general las empresas que tienen más de una planta han cerrado alguna, y aquellas que tienen solamente una, han reducido personal”.
El especialista explicó que la mayor parte de las compañías del sector no experimentan inconvenientes de índole financiero ni de incumplimiento en los pagos, sino que el problema es que “no tienen materia prima para mantener el nivel de trabajo”.
En tanto, los últimos datos correspondientes al mes de diciembre de 2010 arrojaron una participación de hembras en la faena del 40,2 por ciento, un nivel que muestra una cierta recuperación de los stocks, que venían en caída libre hasta mediados del año pasado.
Estos datos reafirman, según Tonelli, que durante los últimos meses comenzó a consolidarse un proceso de reconstrucción de rodeos, aunque dicho proceso demorará entre tres y cuatro años para volver a los niveles de 2009.
Mientras que por el lado de los feed lots, el nivel de ocupación durante diciembre y enero pasado fue del orden del 50 por ciento, una cifra 25 por ciento inferior que el registrado en igual período del año anterior.
Si bien el panorama crítico es más o menos similar en todas las compañías frigoríficas, cada una encara el problema de diferente manera. En este sentido, algunas deciden pactar despidos o vacaciones adelantadas con los empleados, mientras que otras directamente solicitan ayuda oficial.
Lo cierto es que a esta altura, según estiman fuentes sindicales, ya se habrían despedido a unos 4 mil trabajadores desde que se inició la crisis, mientras que hay otros 7 mil que se encuentran en situación de riesgo.
En este contexto, el frigorífico Mattievich (que fue un aliado del Gobierno hasta el año pasado) mantiene cerradas dos de sus ocho plantas. Se trata de las unidades que posee la empresa en las localidades santafesinas de Carcarañá y Puerto General San Martín.
“Estamos tratando de ajustar costos, horarios y todo lo posible para poder llegar a subsistir en la actividad”, comentó el gerente del Grupo Jorge Torelli. “No estamos pensando en cerrar plantas, pero contamos con recursos limitados”, agregó.
Otro caso paradigmático es el del Frigorífico Santa Elena, propiedad del empresario Sergio Taselli, vinculado al Gobierno. Gracias a un acuerdo con Venezuela y a la adjudicación de Cuota Hilton, esta empresa pudo reabrir sus puertas y salvar así a más de 150 trabajadores.
Por el lado de JBS, sigue sin poder resolverse las negociaciones con un grupo de grandes productores, cercanos a Guillermo Moreno, para vender la planta que poseen en la localidad de San José y evitar despidos generalizados.
En tanto que el Frigorífico Pampa Natural, en la provincia de La Pampa, que permanecía cerrada desde julio de 2010, volvió a trabajar el mes pasado con sus 100 trabajadores.
Las razones de la crisis
En los últimos cuatro años en la Argentina se perdieron 10 millones de cabezas de ganado debido principalmente al congelamiento de precios y al cierre de exportaciones impuesto por el Gobierno nacional que impidió que los productores aumenten su rodeo.
Así las cosas, el rodeo bovino nacional cuenta actualmente con 49,52 millones de cabezas, un valor 16 por ciento menor al promedio registrado durante el periodo 2006 2008, según datos del Movimiento CREA.
Esta situación produjo que los frigoríficos, que de 2006 a 2009 compraron hacienda a precios regalados a costa del quebranto de miles de productores, el año pasado y este comenzaran a pagar valores más acordes a la realidad del mercado.
Pero además, el problema es que muchas de las categorías que necesitan los frigoríficos de perfil exportador para mantener el nivel de faena comenzaron a escasear por la falta de inversión en el sector productivo generada por las políticas oficiales.
El precio del novillo pesado para exportación –la principal categoría que consumen los frigoríficos- se encuentra en el orden de los 15 / 16 pesos por kilo, mientras que un tiempo atrás valía menos de la mitad.
“Estas medidas distorsivas del Gobierno afectaron a la industria frigorífica, ya que los precios de la hacienda en pié han sido firmes y consistentes en los últimos meses sin contar la baja de oferta en el mercado”, dijeron fuentes del sector exportador.
“Los factores que determinaron la ecuación negativa en el negocio exportador de carnes, se cuentan principalmente, el sistema de retención de hacienda y las limitaciones a las exportaciones que impone el Gobierno”, apuntaron a LPO.
Mientras en la Argentina el valor del novillo supera los 2 dólares, llegando a 2,50 si se considera el tipo de cambio efectivo que recibe el frigorífico exportador, en los restantes países que integran el Mercosur se registran precios inferiores a dichos niveles.
Así, muchos actores del sector cárnico se preguntan hasta cuándo continuará este panorama de incertidumbre, falta de inversión, y por ende, ausencia de generación de nuevos puestos de trabajo en las plantas industriales del interior del país.
Ante este interrogante, varios especialistas del mercado señalaron a LPO que la solución no será rápida ni sencilla dado que todo depende de la recuperación del stock ganadero, para que los frigoríficos puedan volver a su habitual nivel de actividad.
“La industria frigorífica seguirá en crisis hasta al menos mediados de 2012”, aseguró hoy en diálogo con La Política Online el analista Víctor Tonelli, uno de los hombres que más conoce el mercado de carnes del país.
“La faena cayó un 30 por ciento el año pasado y es lógico que estén atravesando esta situación”, señaló Tonelli, y agregó que “en general las empresas que tienen más de una planta han cerrado alguna, y aquellas que tienen solamente una, han reducido personal”.
El especialista explicó que la mayor parte de las compañías del sector no experimentan inconvenientes de índole financiero ni de incumplimiento en los pagos, sino que el problema es que “no tienen materia prima para mantener el nivel de trabajo”.
En tanto, los últimos datos correspondientes al mes de diciembre de 2010 arrojaron una participación de hembras en la faena del 40,2 por ciento, un nivel que muestra una cierta recuperación de los stocks, que venían en caída libre hasta mediados del año pasado.
Estos datos reafirman, según Tonelli, que durante los últimos meses comenzó a consolidarse un proceso de reconstrucción de rodeos, aunque dicho proceso demorará entre tres y cuatro años para volver a los niveles de 2009.
Mientras que por el lado de los feed lots, el nivel de ocupación durante diciembre y enero pasado fue del orden del 50 por ciento, una cifra 25 por ciento inferior que el registrado en igual período del año anterior.
La inversión prevista
En el ejercicio 2010/2011 el sector ganadero argentino destinará 83.262 millones de pesos en concepto de gastos, inversión y reposición para la producción de carne vacuna, según datos del Movimiento CREA.
El dinero invertido se dividen en gastos directos, como sanidad, alimentación y personal; de comercialización (transporte y comisiones); gastos indirectos como de estructura, administración y financiamiento; arrendamientos e inversiones de bienes durables como maquinarias y mejoras.
Si bien el panorama crítico es más o menos similar en todas las compañías frigoríficas, cada una encara el problema de diferente manera. En este sentido, algunas deciden pactar despidos o vacaciones adelantadas con los empleados, mientras que otras directamente solicitan ayuda oficial.
Lo cierto es que a esta altura, según estiman fuentes sindicales, ya se habrían despedido a unos 4 mil trabajadores desde que se inició la crisis, mientras que hay otros 7 mil que se encuentran en situación de riesgo.
En este contexto, el frigorífico Mattievich (que fue un aliado del Gobierno hasta el año pasado) mantiene cerradas dos de sus ocho plantas. Se trata de las unidades que posee la empresa en las localidades santafesinas de Carcarañá y Puerto General San Martín.
“Estamos tratando de ajustar costos, horarios y todo lo posible para poder llegar a subsistir en la actividad”, comentó el gerente del Grupo Jorge Torelli. “No estamos pensando en cerrar plantas, pero contamos con recursos limitados”, agregó.
Otro caso paradigmático es el del Frigorífico Santa Elena, propiedad del empresario Sergio Taselli, vinculado al Gobierno. Gracias a un acuerdo con Venezuela y a la adjudicación de Cuota Hilton, esta empresa pudo reabrir sus puertas y salvar así a más de 150 trabajadores.
Por el lado de JBS, sigue sin poder resolverse las negociaciones con un grupo de grandes productores, cercanos a Guillermo Moreno, para vender la planta que poseen en la localidad de San José y evitar despidos generalizados.
En tanto que el Frigorífico Pampa Natural, en la provincia de La Pampa, que permanecía cerrada desde julio de 2010, volvió a trabajar el mes pasado con sus 100 trabajadores.
Las razones de la crisis
En los últimos cuatro años en la Argentina se perdieron 10 millones de cabezas de ganado debido principalmente al congelamiento de precios y al cierre de exportaciones impuesto por el Gobierno nacional que impidió que los productores aumenten su rodeo.
Así las cosas, el rodeo bovino nacional cuenta actualmente con 49,52 millones de cabezas, un valor 16 por ciento menor al promedio registrado durante el periodo 2006 2008, según datos del Movimiento CREA.
Esta situación produjo que los frigoríficos, que de 2006 a 2009 compraron hacienda a precios regalados a costa del quebranto de miles de productores, el año pasado y este comenzaran a pagar valores más acordes a la realidad del mercado.
Pero además, el problema es que muchas de las categorías que necesitan los frigoríficos de perfil exportador para mantener el nivel de faena comenzaron a escasear por la falta de inversión en el sector productivo generada por las políticas oficiales.
El precio del novillo pesado para exportación –la principal categoría que consumen los frigoríficos- se encuentra en el orden de los 15 / 16 pesos por kilo, mientras que un tiempo atrás valía menos de la mitad.
“Estas medidas distorsivas del Gobierno afectaron a la industria frigorífica, ya que los precios de la hacienda en pié han sido firmes y consistentes en los últimos meses sin contar la baja de oferta en el mercado”, dijeron fuentes del sector exportador.
“Los factores que determinaron la ecuación negativa en el negocio exportador de carnes, se cuentan principalmente, el sistema de retención de hacienda y las limitaciones a las exportaciones que impone el Gobierno”, apuntaron a LPO.
Mientras en la Argentina el valor del novillo supera los 2 dólares, llegando a 2,50 si se considera el tipo de cambio efectivo que recibe el frigorífico exportador, en los restantes países que integran el Mercosur se registran precios inferiores a dichos niveles.
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