28 de abril, 2024
Urtubey podrÃa ser el rival que Kirchner busca para la interna
El salteño tiene pensado anticipar las elecciones y buscar su reelección. Si gana por un margen abultado se lanzarÃa a presidente. La novedad es que analiza disputarle la interna Kirchner. SerÃa una pelea acordada y buscarÃa quedar posicionado para el futuro, como lÃder la renovación sub 45.
El gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, el más joven de los mandatarios provinciales, aún estudia ser candidato a presidente. Lo planteó en la celebración de un nuevo aniversario de la muerte de Martín Güemes, en la que le prestó un poncho a bonaerenses y porteños de su generación y posó con ellos para la foto. Y aunque su nombre no suene fuerte, nunca lo descartó.
Así interpretaron los dirigentes que lo visitaron los últimos días y participaron de aquella "embestida" generacional que se planteó como superadora de Néstor Kirchner. Tanto, que de inmediato la contrarrestó dándoles un protagonismo rutilante al director ejecutivo de la Anses, Diego Bossio y al ministro de Economía Amado Boudou, los más jóvenes de la gestión presidencial.
Dispuesto a no regalar nada, Urtubey buscará primero ser reelegido en su provincia en elecciones previas a las presidenciales. Una fecha tentativa, dicen quienes lo frecuentaron, sería abril.
Los sondeos que manejan sus equipos lo dan como ganador diez puntos por encima del senador Juan Carlos Romero, alineado al PJ disidente, quien no tiene definido si dará pelea. Si se abstiene, la victoria de Urtubey no correría riesgos y hasta podría darse de forma holgada, con hasta 30 puntos por encima de su escolta.
Saldado ese paso, el salteño de sólo 40 años sólo tendría en la mira la Casa Rosada. Y una candidatura en octubre, en el peor de los casos, le sumaría para su proyecto 2015. “Él sabe que no tiene nada a nivel nacional y que 10 puntos le sirven. Mucho más si no arriesga la Gobernación”, explicó a LPO un dirigente que lo vio hace 15 días, y lo notó con ganas de pelear por la presidencia.
“Tiene todas las opciones. Hasta puede ir a una interna del PJ con Kirchner, sacar la minoría y coordinar a un sector del partido”, explican sus adeptos. Tras varias idas y vueltas, el patagónico por estos días respeta a Urtubey tanto como al gobernador Daniel Scioli, otro presidenciable para muchos sectores del peronismo.
A ambos recibió en Olivos para convencerlos de que fueran a Santa Cruz a apoyar a su par Daniel Peralta, para lo que le exigieron que no agravie e la Corte Suprema. Y lo lograron, que no es poco.
Los sub 45 al ataque
Si bien pareciera que los protagonistas de la foto salteña transitan caminos separados, varios de ellos advierten que la verdad se sabrá en marzo, fecha de definición de todas las alquimias electorales.
Los que se calzaron el poncho fueron los intendentes bonaerenses Sergio Massa (Tigre), Pablo Bruera (La Plata), Cristian Breitestein (Bahía Blanca), José Eseverri (Olavarría); el diputado provincial Emilio Monzó, y el secretario de espacio público porteño, Diego Santilli.
Con la puna de fondo, la muchachada acordó seguir cada cual su camino y, abierto el proceso electoral, buscar un camino común. Kirchner entendió el mensaje. Además de levantar el perfil de sus jóvenes, de a poco, acercó su relación con los revoltosos: recibió a Monzó en Olivos, estiró lazos con Massa y aflojó en su embestida contra Bruera, el más crítico de todos.
Y, sobre todo, se tomó más en serio a Urtubey, que en aquella época encabezaba además una ofensiva de los gobernadores peronistas para exigir coparticipar los excedentes de recaudación, la caja más preciada de los Kirchner.
Esa propuesta fue disipándose con los meses y las visitas frecuentes de los mandatarios a Olivos. Pero lo que no se olvidó fue la opción del salteño para pelear por la presidencia. Que, como todo, aún no está definida.
Así interpretaron los dirigentes que lo visitaron los últimos días y participaron de aquella "embestida" generacional que se planteó como superadora de Néstor Kirchner. Tanto, que de inmediato la contrarrestó dándoles un protagonismo rutilante al director ejecutivo de la Anses, Diego Bossio y al ministro de Economía Amado Boudou, los más jóvenes de la gestión presidencial.
Dispuesto a no regalar nada, Urtubey buscará primero ser reelegido en su provincia en elecciones previas a las presidenciales. Una fecha tentativa, dicen quienes lo frecuentaron, sería abril.
Los sondeos que manejan sus equipos lo dan como ganador diez puntos por encima del senador Juan Carlos Romero, alineado al PJ disidente, quien no tiene definido si dará pelea. Si se abstiene, la victoria de Urtubey no correría riesgos y hasta podría darse de forma holgada, con hasta 30 puntos por encima de su escolta.
Saldado ese paso, el salteño de sólo 40 años sólo tendría en la mira la Casa Rosada. Y una candidatura en octubre, en el peor de los casos, le sumaría para su proyecto 2015. “Él sabe que no tiene nada a nivel nacional y que 10 puntos le sirven. Mucho más si no arriesga la Gobernación”, explicó a LPO un dirigente que lo vio hace 15 días, y lo notó con ganas de pelear por la presidencia.
“Tiene todas las opciones. Hasta puede ir a una interna del PJ con Kirchner, sacar la minoría y coordinar a un sector del partido”, explican sus adeptos. Tras varias idas y vueltas, el patagónico por estos días respeta a Urtubey tanto como al gobernador Daniel Scioli, otro presidenciable para muchos sectores del peronismo.
A ambos recibió en Olivos para convencerlos de que fueran a Santa Cruz a apoyar a su par Daniel Peralta, para lo que le exigieron que no agravie e la Corte Suprema. Y lo lograron, que no es poco.
Los sub 45 al ataque
Si bien pareciera que los protagonistas de la foto salteña transitan caminos separados, varios de ellos advierten que la verdad se sabrá en marzo, fecha de definición de todas las alquimias electorales.
Los que se calzaron el poncho fueron los intendentes bonaerenses Sergio Massa (Tigre), Pablo Bruera (La Plata), Cristian Breitestein (Bahía Blanca), José Eseverri (Olavarría); el diputado provincial Emilio Monzó, y el secretario de espacio público porteño, Diego Santilli.
Con la puna de fondo, la muchachada acordó seguir cada cual su camino y, abierto el proceso electoral, buscar un camino común. Kirchner entendió el mensaje. Además de levantar el perfil de sus jóvenes, de a poco, acercó su relación con los revoltosos: recibió a Monzó en Olivos, estiró lazos con Massa y aflojó en su embestida contra Bruera, el más crítico de todos.
Y, sobre todo, se tomó más en serio a Urtubey, que en aquella época encabezaba además una ofensiva de los gobernadores peronistas para exigir coparticipar los excedentes de recaudación, la caja más preciada de los Kirchner.
Esa propuesta fue disipándose con los meses y las visitas frecuentes de los mandatarios a Olivos. Pero lo que no se olvidó fue la opción del salteño para pelear por la presidencia. Que, como todo, aún no está definida.
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Buscará su reelección el 10 de abril, con internas abiertas el 30 de enero. Retomó asà la tradición de desdoblar las elecciones que se habÃa interrumpido en 2007, cuando fue electo gobernador. Con estos plazos, podrá ser reelecto y luego competir por la presidencia, como lo alientan dirigentes jóvenes de la provincia de Buenos Aires.
Por lo pronto Juan Manuel Urtubey carga con una buena dosis de ambigüedad y hasta contradicciones que paradójicamente pueden jugarle a favor. Suma por derecha y recoge por izquierda. Es un candidato oficial y opositor, ligado alternativamente a Juan Carlos Romero (narcotraficante), aliado con un partido de derecha como el Renovador y apoyado por un movimiento de base de izquierda como Barrios de Pie. Su padre Rodolfo Urtubey jurista tan destacado como cuestionado y conocido por sus ideas conservadoras y derechistas, es un alfil de Juan Carlos Romero (narcotraficante), en la Justicia. Su tÃo, Julio Mera Figueroa, fue ministro de Carlos Menem y asesor de los Saadi en Catamarca. Pero -como queriendo exorcizar esos inquietantes antecedentes familiares- Juan Manuel Urtubey se muestra en campaña abrazando a los aborÃgenes y preocupado por los pobres y los marginados. La deforestación, la miseria, la falta de justicia, los ataques a la prensa, el narcotráfico, la decadencia educativa, la desocupación, la crisis habitacional, el deterioro de la salud pública, el drama de los pueblos indÃgenas. ¿Qué hará realmente con todo esto Juan Manuel Urtubey. Son los verdaderos problemas que heredará el próximo gobernador. La realidad de fondo sobre la que planea la sonriente figura del candidato estrella. Es un corrupto más, en la larga lista de polÃticos en Salta. Otro más ligado el narcotráfico. El emblemático asentamiento Juan Manuel Urtubey En donde los pobladores no tienen agua, luz, baño, Juan Manuel Urtubey es la la cara visible de los narcotraficantes Romero. El que venga a Salta, consulten a los lugareños y comprobaran la verdad.