El titular de la UIA, Héctor Méndez, intenta contener los quiebres que hay dentro de la entidad fabril entre las pymes y las grandes empresas y se fue a un insólito viaje para no participar del acto del campo mañana en el Rosedal de Palermo.
El empresario del plástico no quería quedar nuevamente como funcional a la oposición y a los intereses de los grandes grupos empresariales y decidió pegar el faltazo al acto de la Mesa Enlace que, sabe, preocupa y enoja al Gobierno.
La semana pasada recibió duras críticas de las pequeñas y medianas empresas al finalizar la XV Conferencia Anual de la Industria en el Sheraton Hotel, donde se pasearon Eduardo Duhalde, Roberto Lavagna y hasta Ricardo Lorenzetti con mensajes opositores al Gobierno. No quería repetir la historia.
En la UIA hay una pelea por lo bajo entre las pymes, que apoyan las políticas kirchneristas y pulsean para conseguir un dólar competitivo frente al real y créditos más baratos en el mercado local, y los grandes empresarios, encabezados por el grupo Techint y Clarín que rechazan al Gobierno y su política de intervención en el sector privado.
Hasta último momento, la Asociación de Empresas Argentina (AEA), que congrega los grandes grupos del país, presionó a Méndez para que asistiera al acto, le devolviera la gentileza a la Mesa Enlace, que participó de la Conferencia de la entidad fabril y demostrara, así la unión del campo y la industria.
Pero para evitar que la UIA envíe nuevamente el mensaje opositor al Gobierno, Méndez encontró una salida diplomática en la que no quedaba mal con los dirigentes agropecuarias ni con el Gobierno –y, por lo tanto, con las pymes que representan más de la mitad de la entidad que dirige-. Decidió aceptar la invitación que los empresarios israelitas le hicieron a mediados de noviembre y se fue a Medio Oriente a ver una iniciativa industrial del gobierno de Shimon Peres. En estos días viaja en camello por las desérticas tierras junto a Cristiano Rattazzi, Ignacio de Mendiguren y Rodolfo Achille.
“En su lugar irá Miguel Acevedo”, el presidente de la importante Aceitera General Deheza y viceprimero de la UIA.
Preocupación de Gobierno
En la Casa Rosada siguen de cerca la organización del acto que el campo organizó mañana a las 17 en el Rosedal. Están preocupados por el poder de convocatoria que pueda tener. Temen que sea otro “Monumento a los Españoles”, que en julio de 2008 se vio rodeado por más de 200.000 personas, entre agropecuarios, vecinos y opositores que aguardaban la votación de la resolución 125 en el Congreso.
Esta vez, además, de contar con batallones de productores que van llegando de las distintas provincias, la Mesa Enlace giró invitaciones a la UIA a la AEA y los dirigentes de la oposición. Según los organizadores hasta ahora dijeron que irían Lilita Carrió, Francisco De Narváez y Felipe Solá. También asistirá el piquetero de la Corriente Clasista y Combativa, Carlos Alderete. Según los dirigentes agrarios, la idea es una demostración de fuerza y de unión, pero no de confrontación directa y esperan reunir entre 5.000 y 8.000 personas.
Así es que montarán un escenario de más de 10 metros de largo, donde darán sus discursos sólo los cuatro principales dirigentes agropecuarios, Luis Biolcati de la Sociedad Rural, Mario Llambías de CRA, Eduardo Buzzi de Federación Agraria y Carlos Garetto de Coninagro. Como moderador ya designaron al Oscar “Cholo” Gómez Castañón.
También instalarán tres pantallas gigantes a los costados, donde pasarán las imágenes de las principales figuras opositoras que asistan al acto.