¿Cómo funciona el sistema de elecciones internas?

Primero hay que encuadrar el tema con lo que teníamos como sistema anterior. Santa Fe salía de la promiscuidad que era la ley de lemas, obviamente la que permitió hacer ganar a candidatos que en votos no habían ganado. Le pasó dos veces al ex intendente Horacio Usandizaga y una al actual gobernador Hermes Binner, que por medio del sistema de acumulación de votos, pese a haber sacado más sufragios, no fue gobernador. Desde este punto de vista, la ley actual de internas abiertas simultaneas obligatorias supone un paso hacia delante.

O sea, es gobernador ahora el que saca más votos y no el que saca menos.

Exacto. En el otro sistema, se acumulaba votos a partir de los otros sub-lemas y dentro de un partido, por más que haya una serie de candidaturas que nada tienen que ver unas con otras, el voto traccionaba y en definitiva uno votaba a otro que terminaba siendo gobernador.

Es decir que actualmente, el sistema de Santa Fe presenta internas abiertas simultáneas obligatorias.

Claro, en un mismo acto, la ciudadanía interviene en la selección de los candidatos de los partidos en forma simultánea -porque es al mismo tiempo-, y además son obligatorias en un doble aspecto: por un lado, para los partidos que deben ir a internas, y por el otro, para los ciudadanos que deben participar en esa elección.

¿Hay que tener un piso mínimo de afiliados para participar en la elección interna?

Si, eso no se ha modificado porque está en la ley electoral de la provincia de Santa Fe. Acá hay que entender una cuestión que me parece sustancial. La ley de internas obligatorias y simultáneas en todos lados es un sistema de nominación de candidaturas, no un sistema electoral propiamente dicho. Lo que suponen las internas abiertas es que la ciudadanía participe en la selección de los candidatos de los partidos políticos. Santa Fe tuvo una elección primaria en donde se definieron las listas que iban a tener cada uno de los partidos y frentes, y después fueron a una selección general en donde allí se intercalan los candidatos de las distintas listas o frentes.

Entonces, ¿La gente iría a un determinado día para votar en las internas abiertas -sin necesidad de estar afiliado a ningún partido- y puede votar a un solo candidato?

Correcto, por eso la garantía de la simultaneidad: todos los ciudadanos votan un mismo día a una determinada hora y lo hacen una sola vez.

Y poniendo el ejemplo de la elección a gobernador –asimilable a la de presidente-, ¿En cada fuerza queda un solo candidato?

Queda un solo candidato, triunfa la lista que tiene mayor cantidad de votos. Cada partido o frente electoral presenta listas, y dentro de eso, hay listas de candidaturas como en cualquier interna. Entonces la ciudadanía elige dentro de esas listas, y no necesita estar afiliada a un partido político. De todas formas, esto no es la panacea. Yo digo que no es un sistema electoral propiamente dicho porque en el sistema propiamente dicho los votos traducen en bancas. En realidad, lo que hay que discutir -y Santa Fe tiene este problema porque su Constitución determina un sistema electoral-, es que desde 1962 no se puede modificar la Constitución de la provincia, entonces hay mayoría automática en diputados –entre 50, 28 se llevan la mayoría y 22 todas las minorías- y en el senado, un sistema uninominal, en el sentido de que hay uno por cada uno de los 19 departamentos. Entonces, puede tenerse el mejor sistema de internas abiertas, pero si no se modifica el sistema electoral que traduce los votos en bancas, no se notan los progresos de una contienda electoral porque, como en el senado de Santa Fe, el frente de Binner gana ampliamente las elecciones generales con internas –en definitiva, abiertas-, y sin embargo, de los 19 senadores, 13 se lleva el FPV que perdió.

Pero esto, a nivel nacional no sucedería, porque -por ejemplo- en diputados, está el sistema D’hont.

Exacto.

¿Qué opina del piso que el gobierno podría llegar a fijar para participar de las elecciones?

Normalmente, los pisos andan entre el 2 y el 3% del padrón electoral. Ese es un número razonable. Lo que ha pasado en la Ciudad de Buenos Aires, -lo que pasa- es que casi no hay piso. Minimamente los partidos deben tener algún grado de representación. Cuando un piso se eleva demasiado, sin duda se tiende a un sistema de concentración de partidos, bipartidista, a lo sumo tres partidos políticos. La otra cuestión que se critica –y podría ser objetado a nivel nacional-, es el tema de la obligatoriedad. Los ciudadanos dicen “por qué voy a someterme a una elección, a elegir a candidatos de un partido, cuando yo tal vez no quiero ninguno”. En Santa Fe se armó un sistema que establece que entre los sesenta días antes de la elección hasta 48 horas antes del sufragio, la persona puede ir a explicar que no votará, pero el sistema es tan engorroso, que la gente prefiere votar o eventualmente no votar y después justificar la no emisión del voto.
En segundo lugar está la obligatoriedad de los partidos que llevan listas únicas. Porque esto tiene sentido si se elige entre varios, pero si hay listas únicas, ¿Para qué la obligatoriedad de ir a la elección con los gastos que ello implica? En algunas comunas de Santa Fe se estableció que cuando hay listas únicas, no haya elecciones abiertas. Si me pregunta qué prefiero, le diría que, en un sistema ideal, preferiría que los partidos eligieran a sus propios representantes. Esto es lo lógico y razonable. Ahora, en un sistema con la implosión de los partidos políticos y la crisis de representatividad, se da una posibilidad de que la ciudadanía participe e influya sobre los candidatos que llevarán los partidos políticos. No hay sistema perfecto. Santa Fe ha mejorado en torno a que tenía la ley de lemas.

Esta ley de internas abiertas, simultaneas y obligatorias, ¿Se hizo con el consenso de los partidos mayoritarios?

Sí. De alguna manera, la idea era derogar la ley de lemas que el justicialismo -desde el año 90- tenía incorporada y nunca había querido modificar porque le permitía seguir en el poder.

Entonces, no sería recomendable una reforma política sin el consenso de los partidos más importantes.

Sin dudas. Antes de irse de su último gobierno, Obeid implantó la ley de internas abiertas y el justicialismo perdió. Cumplió con su palabra de derogar la ley de lemas. Ese había sido uno de los reclamos ciudadanos más grandes que atravesó al propio justicialismo.

Tal vez le pase algo similar a Kirchner…

Puede ser. Lo importante es que se despoje la manipulación de los sistemas electorales para beneficio partidario. Esto debe ser para durar hacia delante, desde luego que se puede modificar y mejorar, pero no debe ser pensado en beneficio de un sector. Cuando lo es, estamos en un problema de ilegitimidad del poder.