Ni bien se ingresa en el Ministerio Público Fiscal la entrada ya sorprende: una inscripción en la puerta que indica que hay Wi–Fi en el edificio. No hay colas y los empleados que atienden tienen la amabilidad de una empresa privada.

Extrañamente, o no tanto, el despacho del titular de la dependencia, Germán Garavano, no es grande y la puerta de su oficina bien podría pasar por una más del edificio.

El “fiscal de los fiscales porteños” recibe a La Política Online ofreciendo un ameno café y acomodándose los anteojos. Garavano es muy joven (tiene 38 años) pero hace más de 20 que trabaja en el ámbito judicial. Primero en Nación y luego en la Ciudad, donde se hizo cargo del Ministerio Público hace poco más de dos años.

Reacio a las fotos, su timidez a las cámaras no se condice con su locuacidad y didáctica para explicar cómo funciona su dependencia y los ejes de la gestión que está llevando adelante.

Cómo denunciar ante la Fiscalía

Acorde a lo que cuenta Garavano, se pueden mandar denuncias escritas, un correo electrónico y denuncias telefónicas. Inclusive, cuenta, ya se pueden enviar fotos por e-mail que sirven para iniciar las acciones de los fiscales.

“Queremos que se use más el e-mail, ya el teléfono se usa mucho. El valor que tiene es el mismo que para la denuncia telefónica”, dice. “Se le da intervención inmediatamente a la policía, oficiales de justicia o al gobierno de la ciudad depende el caso”, relata.

“Tenemos encuestas anónimas de satisfacción del usuario. Al rato de las denuncias, llamamos para ver cómo fue el servicio, cómo se atendió. Cada 15 días tengo reportes de cómo está el servicio que estamos brindando”, detalla.

“Para nosotros es clave que la gente se sienta cómoda, que pueda estar en un lugar amigable para realizar una denuncia”, agrega.

El teléfono para denuncias es el 0-800-333-47225 y la página para denuncias es www.fiscalia.jusbaires.gov.ar

Detrás de los sillones donde habla se pueden ver unos pequeños cuadros con el Gaturro de Nik, dando cuenta de los principales derechos que tienen los ciudadanos. Se trata de una original campaña que diseñó el Ministerio Público para las escuelas.

“Que hagas valer tus derechos es justo lo que queremos”, se puede leer entre otros. “Nik donó los dibujos”, cuenta orgulloso Garavano, antes de comenzar la entrevista. Debajo del dibujo y el texto, un 0-800 y una página oficial dan cuenta de la forma de comunicarse ante una denuncia (ver aparte).

Al lado de su escritorio, una imponente pantalla con un tablero electrónico on line de gestión, mantiene actualizados todos los datos referentes al área. “Es mucho mejor que el de Larreta”, bromea, haciendo el paralelismo con el que tiene el jefe de gabinete porteño en su despacho.

“Es algo inédito en la justicia. Tenemos 29.200 casos este año, 9.000 delitos, casi 20 mil contravenciones y 1400 faltas”, cuenta mostrando los datos que surgen de la pantalla. “Hay demoras en sólo 195 casos, 20 en alarma, de todas las fiscalías”, cuenta.

De allí también se desprende que el 70% de las causas van al archivo.
– ¿No es mucho?, pregunta LPO.
– Es bastante menos de lo que salió en un medio que decía que había un 95%, responde.

En cuanto al ránking de delitos, primero aparecen las amenazas, seguidas del uso indebido del espacio público (infracciones como venta en lugares no autorizados, manifestaciones).

La estructura de la Fiscalía

¿Cuántos fiscales tiene la ciudad?

Somos 35 fiscales, y en materia penal y contravencional de primera instancia son 24. Su labor de los fiscales no está dirigida a meter presa a la gente, sino a tratar de solucionar conflictos y reducir los niveles de violencia.

¿Están divididos en zonas?

La ciudad está divida en cuatro grandes zonas con cuatro grandes fiscalías. Además estamos instalando 15 unidades que reciben denuncias y orientan a los vecinos. Ya están funcionando cinco. Priorizamos la zona sur ya que es la zona que más lo necesitaba y donde hay más niveles de conflictividad. Una en Villa Lugano, en Balvanera, en Palermo y una serie para abogados en el Colegio Público. Después tenemos una unidad móvil en el barrio “Los Piletones” que durante el día recibe denuncias. La idea es que este año se abran 3 unidades más, probablemente en La Boca, en Nuñez-Saavedra, en Belgrano, y también estamos analizando agregar una cuarta en Chacarita o en Once.

La Justicia tiene problemas estructurales. El primero de agosto lanzamos un rediseño de las fiscalías. En la Nación lo que se hizo, cuando se agregaron potestades, fue agrandarlas pero hacerlas iguales a los juzgados. Nosotros hemos logrado un nuevo diseño: lo que antes eran tres fiscalías lo unificamos en una sola fiscalía grande en una zona. Entonces el 3 de agosto inauguramos la fiscalía sudeste en la calle Bartolomé Mitre donde se fusionan seis fiscales con sus equipos. Esto permite la homogenización para que se puedan avocar al trabajo de investigación y dejar un poco de lado las tareas burocráticas en otras oficinas comunes. También prevemos que se amplíen los horarios de 8 a 20 en doble turno.

¿Qué presupuesto tiene el Ministerio Público?

Cerca de $70 millones. Es el 0,5% del total del presupuesto.

¿Orgánicamente depende del Poder Judicial?

Sí, pero no es un apéndice del Consejo de la Magistratura y los otros organismos. Trabajamos relacionados pero somos autónomos.

La Justicia y el PRO

¿Qué opina de la conflictiva relación que ha tenido el gobierno porteño con la Justicia de la ciudad?

Estoy muy restringido para contestar porque nosotros hemos dictaminado al respecto, y en especial con cuestiones que están en proceso. Lo que creo es que nos debemos todos los actores de los tres poderes, y es algo que se da en todo el país, deberíamos de tratar de hacer un esfuerzo de maduración en cuanto al respeto de las instituciones y a la división de poderes del Estado. Todos los poderes tenemos una tendencia a querer movernos como si fuéramos los únicos dentro del sistema institucional que tenemos que tomar decisiones. Y me parece que es un grave error. Uno tiene que saber que tiene un marco de competencia y que hay otros actores en el sistema democrático que tienen otro marco de competencia que hay que respetarlo. Lo tradicional siempre ha sido que el Poder Ejecutivo sea el más avasallador y que avance más. En la ciudad se da una cuestión muy paradójica: los tres poderes del Estado por igual tienen tendencia a pretender erigirse en tener la verdad. A veces hay jueces o fiscales que pretenden actuar como si fuesen Poder Ejecutivo o Legislativo. Un Poder Ejecutivo que a veces quiere actuar como si no hubiera otro poder; y con igual o más fuerza, legisladores que a veces salen a opinar sobre cuestiones que son del Ejecutivo o del Judicial. Por eso tenemos que hacer un esfuerzo todos, y creo que se está logrando, y se respeten las decisiones de los otros poderes. Lo importante es que no haya jueces que se pongan en ministros, que no haya ministros que se pongan en jueces; que no haya legisladores que critiquen la actuación de fiscales o jueces; ni jueces que critiquen las leyes en abstracto. Como a mí no me gusta que los legisladores o el Ejecutivo me digan cómo conducir a los fiscales, tampoco quiero dirigir una obra pública o cómo sancionar una ley. Esto es un vicio de la Argentina: la falta de juego institucional. Lo que reclama la ciudadanía es que cada poder del Estado cumple su función. Y que ninguno entre a valorar. ¿Por qué? Porque si la Legislatura sanciona una mala ley, será la gente la que después no votará a esos legisladores. Es el mismo caso para el Ejecutivo, y en nuestro caso será el Consejo de la Magistratura el que intercederá. Pero todos estamos tentados a ir sobre lo del otro.

¿Los afectó el tema de las recusaciones masivas en el Fuero Contencioso Administrativo?

No, nos afectó. Hemos intervenido con distintas posiciones, pero tenemos un rol secundario en ese fuero. Querríamos que los fiscales tengan más potestades y estamos trabajando en eso. Creo que, repito, hay que respetar las reglas del juego democrático. Hemos tenido legisladores que han criticado actuaciones de fiscales. Muchas veces cuando lo que están criticando creo que es un avasallamiento a otro poder del Estado.

Se lo acusó de bajarle línea a los fiscales para que endurezcan posiciones…

La única bajada de línea prevista es los criterios de actuación pública y están publicados en el Boletín Oficial y se le comunican a la Legislatura. Y tenemos criterios sobre armas, controles de alcoholemia, archivos e incompetencias. Lamentablemente mucha gente para figurar o porque los fiscales afectan sus propios intereses, critican esas decisiones. Pero como criticar a un fiscal no tiene prensa o visibilidad, personifican en el fiscal general. Lo que me afecta es que critiquen a los fiscales independientes. Yo tengo que protegerlos de un ministro o un legislador no los afectes en su tarea.

La disputa de competencias con la Nación

¿Qué otras competencias tiene el Ministerio Público Fiscal?

La ciudad, a partir de los convenios de transferencia, empezó a tomas competencias penales. Los primeros delitos que se tomó fueron los relacionados con portación y tenencia de armas. Luego el año pasado se tomaron 16 delitos penales más. Hoy estamos tramitando alrededor de 35 mil casos de delitos transferidos que llevaron a una carga mayor del trabajo del 100%. Básicamente el tema armas; amenazas, que de hecho encabeza nuestro ránking de delitos; también tratamos todo lo que tiene que ver con daños; con incumplimientos de asistencia familiar… Tenemos competencias también en cuestiones de vecindad, daños, hostigamientos, que en la mayoría de los casos son vecinos que conviven y que están en conflicto.

¿Cómo se da el trabajo cotidiano, y en el caso que se den problemas de competencia?

Hemos inaugurado varias oficinas en los barrios para que orienten a la gente y tomen denuncias. La gente va cada vez con más frecuencia. Cuando tenemos una situación de incompetencia, la Cámara del Crimen acaba de sacar una resolución que aceptan que nuestras unidades tomen las denuncias y que nosotros se las mandemos a los juzgados de instrucción. Pero si una parte es competencia local, o en caso de duda, nosotros investigamos y avanzamos.

¿Trabajarán con la futura Policía Metropolitana?

Hoy trabajamos con la Policía Federal y el resto de las fuerzas de seguridad, como puede ser en Puerto Madero con Prefectura Naval. En el mismo momento en que se sancionó la Ley de Policía Metropolitana se cumplió un mandato constitucional incumplido que era la Policía Judicial. Hizo concursos públicos y la hemos puesto en marcha con 40 policías judiciales. Es gente que viene de Policía Federal, de Gendarmería y inspectores que vienen de las provincias. Queremos que sea un cuerpo chico y que sean asesores con los fiscales. Cuando uno analiza Córdoba, o Costa Rica o Chile, ve que tienen que ser pocos pero muy especializados en balística, criminalística... Es un esquema novedoso donde los fiscales tienen un cuerpo de investigadores del propio con el Ministerio Público y desde allí se relacionan con las fuerzas de seguridad. Todavía con la Policía Metropolitana no hemos establecido ninguna línea de actuación. Esperamos a que empiece a trabajar en la calle para establecer criterios de actuación, pero hoy nuestro trabajo en un 95% es con la Policía Federal.

¿Qué ocurre con nuevos delitos?

Tenemos dos líneas de acción: por un lado están las transferencias por convenio; y por el otro lado, luego de una resolución mía, todos los delitos nuevos que no son de competencia federal, son automáticamente competencia de la ciudad. Si el Congreso establece un delito nuevo, como en el caso de picadas o algunos delitos informáticos, sin aclarar que es federal o aclara que lo va investigar la justicia nacional, automáticamente nos hacemos cargo. De hecho la misma justicia nacional ha convalidado este criterio y hasta nos envían delitos nuevos, como en el caso de desarmaderos de autos. Son pocos casos pero significativos. De hecho semana atrás logramos desarticular uno que, según la propia policía, era el centro de desarme y repuestos más grande de la historia de la ciudad. Fue un operativo conjunto en el sur. Todavía están hoy en depósitos catalogando los repuestos.

Contravenciones

¿Cree que es adecuado el Código Contravencional o en muchos casos entorpece el trabajo de los fiscales?

Son dos cosas: el Código Contravencional es útil, es perfectible en muchas cosas como todas las leyes, y se volvió más útil con las competencias penales y con la sanción del Código Procesal Penal, que es muy moderno junto al de Chubut. Esto nos dio una herramienta para trabajar mucho mejor que cuando usaba el Código nacional. En lo que refiere a la pregunta, lo que hay es una Legislatura que, cuando sancionó el código, puso el acento en las conductas que producen más controversias con los vecinos, como las marchas, la venta indebida, los cuidacoches o la oferta de sexo, donde reguló de un modo bastante ambiguo estas figuras.