El ex presidente Néstor Kirchner sabe que el año que viene cada voto cuenta y por ello se tomó en serio el objetivo de rearmar su fuerza, acaso en el distrito más esquivo: la Ciudad de Buenos Aires. Para hacerlo llamó ayer al secretario general del peronismo porteño, Víctor Santa María, y al dirigente Juan Pablo Schiavi a una reunión en la Quinta de Olivos que duró dos horas.

Pero el dato político no es solamente quienes fueron, sino quién se quedó afuera: Nada menos que Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete y, formalmente, el titular del PJ porteño.

La ausencia de quien supo pertenecer del círculo íntimo de Kirchner no es casual. Luego de que se fue del Gobierno, la relación entre ambos quedó trunca. Y el kirchnerismo crítico de Fernández no ayuda a acercar las partes. Una fuente de LPO explicó que el ex presidente “lo sigue considerando su amigo y lo quiere dentro de la construcción, pero Alberto ya no es el único armador político K de la Ciudad, hoy es uno más”. Y así será considerado.

La creciente sensación -y realidad- de pérdida de poder, tiene a maltraer al ex jefe de Gabinete que ya está ingresando en un verdadero "estado de necesidad", que suele aquejar a los polítcos cuando pierden las prerrogativas del cargo.

En ese marco, Alberto está intentando diversas movidas para reposicionarse en el distrito, que lo único que logran es dejar en evidencia su creciente aislamiento político.

La última fue un té que invitó el viernes pasado por la tarde en el Hotel Los Dos Chinos de Constitución, y que se suponía iba a reunir a toda la dirigencia del PJ porteño. Grande fue la decepción del ex jefe de Gabinete -a quien antes no le alcanzaban los salones para ubicar a sus adherentes- pues la mayoría de las mesas estaban vacías.

Apenas dijeron presentes un puñado de dirigentes, entre los que se cuentan el -también formal- jefe del bloque de legisladores Diego Kravetz; el sobreviviente en la jefatura de Gabinete, Claudio Ferreño y el diputado kellyolmista, Cristian Asinelli.

"Pobre pibe este Cristian, siempre llega tarde a donde nunca pasa nada, ahora que Alberto está liquidado, se hizo ultra albertista", afirmó a La Política Online, un histórico dirigente del PJ porteño que no podía parar de reírse del fiasco del Operativo Clamor que intentó concretar Alberto.

Qué quiere Kirchner

En la reunión de Kirchner con Santa María y Schiavi -ambos impulsan la candidatura de Jorge Telerman para angustia de Alberto- quedaron claros varios puntos.

Por un lado, el ex presidente marcó como objetivo generar una nueva Concertación Plural con sectores extrapartidarios para reconstruir los lazos rotos con la clase media porteña. Pero en este pluralismo K hay un límite. “La idea es ampliar el espectro hacia los gremios, el telermanismo, las agrupaciones de Derechos Humanos y continuar con el histórico progresismo”, explicó una fuente de LPO. “El límite es Ibarra”.

Buscarán apoyo de la mano de Ginés González García, actual embajador argentino en Chile y ex ministro de Salud, Daniel Filmus, actual senador y ex ministro de Educación, Carlos Heller, líder del partido Solidario, Gabriela Cerrutti, diputada porteña, y Alberto Iribarne, ex ministro de Justicia.

Todavía no quieren hablar sobre quién será el candidato a encabezar la lista de diputados en las próximas elecciones legislativas, pero suena muy fuerte el nombre del ex jefe de Gobierno, Jorge Telerman. Sin embargo, advierten que no quieren apresurar las cosas “Ese es uno de los errores que Kirchner le reclama a Alberto –afirmó una fuente- hablar de candidaturas antes de tiempo y autohacerse los llamados operativos clamor”, una obvia referencia a distintos fiascos que viene encadenando el ex jefe de Gabinete, para el deleite de los propietarios de distintos hoteles porteños, los únicos que parecen entusiasmados con los buffet que organiza Alberto.