La licitación internacional que el ministro de Economía, Axel Kicillof, ordenó llevar adelante para renovar la concesión de la terminal 5 del puerto de Buenos Aires va camino a quedar en la lista de las cuestiones inconclusas que deberá resolver la próxima administración nacional que asuma el 10 de diciembre.

Tras una “sugerencia” que recibió en los últimos días por parte del candidato presidencial del oficialismo, Daniel Scioli, el titular de Economía evalúa postergar el proceso licitatorio de la terminal 5 y transferir la definición a los futuros funcionarios del área portuaria.

Tal como ha sido programada, la licitación que tiene en curso la Administración General de Puertos (AGP) por instrucción de Kicillof -que tiempo atrás le arrebató el área a Florencio Randazzo- tendría que ser adjudicada en los días previos a las elecciones presidenciales de octubre.

Tras confirmar que el grupo filipino Ictsi, que opera el puerto de La Plata, era uno de los oferentes, Scioli preionó para que le licitación se defina en el próximo gobierno.

Tras tomar nota del tema y confirmar que uno de los oferentes que está en la pelea es el grupo filipino Ictsi que opera la nueva terminal de contenedores del puerto de La Plata, desde el sciolismo advirtieron que lo más conveniente era correr el calendario licitatorio para que no se superponga con la última etapa de la contienda electoral.

Los asesores de Scioli temen que la disputa licitatoria se salga de cauce y derive en un conflicto laboral o en una controversia legal que termine afectando al oficialismo en la recta final de la campaña.

Situación particular

La terminal 5 –que actualmente está en manos de la empresa Bactssa, del grupo multinacional Hutchison Port Holdings (HPH)—arrastra una situación muy particular.

A diferencia de las otras restantes terminales portuarias capitalinas cuyas concesiones fueron renegociadas hasta el año 2019, el contrato de la 5 tiene como fecha de vencimiento el próximo 30 de setiembre. El plazo original de la concesión había expirado en 2012 y en ese momento el gobierno le concedió una prórroga por tres años que, en teoría, debería concluir este mes.

A fines de 2014, la AGP -que estaba bajo la órbita del ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo- puso en marcha una licitación para renovar la concesión de la terminal 5 por un plazo de 30 años.

Luego de arrebatarle en marzo a Randazzo el sector marítimo, portuario y vías navegables, Kicillof decidió anular esa licitación y con el argumento que pretendía volver a analizar el tema. Inicialmente, su plan era prorrogarle la concesión al actual operador hasta 2019 para acoplarla al resto de las terminales. Pero en agosto cambió de parecer y ordenó llamar a una licitación pública para volver a concesionar la terminal 5 por un plazo de cuatro años.

El llamado licitatorio despertó el interés de tres oferentes: la actual concesionaria Bactssa, el grupo privado filipino Ictsi que maneja Tecplata y APM Terminals, la filial del grupo A.P. Moller-Maersk que opera la terminal 4 de Buenos Aires.

En línea con Scioli los tres grupos oferentes pidieron que la licitación prevista para fines de septiembre se corra para más adelante.

Según las reglas de juego que estableció la AGP, el nuevo concesionario deberá tomar a todo el personal de la terminal y no podrá efectuar despidos durante dos años. La terminal quedará para el oferente que se compromete a ejecutar el plan de obras e inversiones obligatorias de US$ 13 millones y le asegure al Estado el mayor monto de “tasas a las cargas” por encima del mínimo fijado en US$ 11,7 millones anuales.

En línea con la postura de Scioli, los tres competidores ya salieron a plantear que se corra la fecha del 22 de setiembre que fue establecida para la presentación de las ofertas.

APM pidió dos meses más para poder elaborar una propuesta. Por su parte, Ictsi solicitó una ampliación de tres meses. Y Bactssa se sumaría estos días con un reclamo similar para trasladar la recepción de las ofertas para después de diciembre.

Ahora la pelota quedó del lado de Kicillof, quien deberá hacerse cargo no solo de la extensión del cronograma licitatorio, sino también del otorgamiento de una nueva prórroga contractual para que Bactssa pueda seguir operando en forma provisoria a partir de octubre.