Además de El Hombre, como se presenta a sí mismo en la carrera presidencial, y según el título de su autobiografía, José Manuel de la Sota quiere seguir siendo El Jefe en el peronismo cordobés.

Anoche, en el lanzamiento de las campañas de los candidatos de la coalición Unión por Córdoba (que no es más que el Partido Justicialista y pequeños partidos que colaboran con sus sellos), De la Sota se quedó con el cierre del acto y con los momentos de mayor efusividad popular.

El candidato a presidente fue la estrella del acto, en el que secundaron los postulantes a gobernador, Juan Schiaretti, y a intendente de Córdoba, Esteban Dómina.

Schiaretti, incluso, en su discurso, se encargó de exhibirse como un continuador de la obra de De la Sota, más allá de tratar de ofrecer sus características particulares (gusta decir que es un “hacedor”).

Pero hay mucho más que simbolismo en el acto del sábado en la cancha del club Belgrano de Córdoba.

En el peronismo, tradicionalmente, el que gobierna es el jefe, pero De la Sota no está dispuesto a ceder la jefatura a Schiaretti, quien en algunas ocasiones ha manifestado que pretende ejercer esa doble posición si gana, como cree que sucederá, la elección provincial del 5 de julio.

Ya en el gobierno de Schiaretti, en el período 2007-2011, entre las dos primeras gestiones de De la Sota (1999-2003 y 2003 y 2007) y la tercera (2011-2015), el actual candidato presidencial se cuidó de quedarse con el control de la acción de gobierno en la Legislatura.

Para la próxima, sucedería lo mismo.

En Córdoba la Legislatura se compone de 44 miembros surgidos del distrito único (la lista sábana) y de otros 26 que son elegidos en razón de uno por cada departamento en que se divide la provincia.

El sábado por la noche se venció el plazo para presentar las listas de candidatos en la Justicia Electoral Provincial. Unión por Córdoba llevó sus nóminas, y de ellas se desprende que el delasotismo tiene una docena de los primeros veinte candidatos a legisladores de la sábana, y con 17 de los 26 candidatos departamentales.

De cualquier manera, en el eventual gobierno schiarettista, los legisladores que responden a De la Sota serán mayoría, manteniendo así el actual gobernador el control sobre su sucesor (incluso con un buen margen ante posibles fugas hacia el nuevo oficialismo, otra tradición en el peronismo).