En el inicio de las sesiones ordinarias del Concejo Municipal, la intendenta de Rosario, Mónica Fein, le solicitó al cuerpo colegiado que se determinen nuevos indicadores urbanísticos para un amplio sector de Puerto Norte para la construcción de viviendas bajas y parquizado.

"Queremos terminar con la especulación de unos pocos que intentan lucrar con la necesidad de las familias y darle dignidad a quienes allí viven", sostuvo la intendenta en su discurso dándole un cambio sustancial a las políticas sobre el área más cotizada de la ciudad sobre la ribera del río Paraná.

Es que Puerto Norte se convirtió en la zona donde se desarrollaron los emprendimientos inmobiliarios más exclusivos de la ciudad con torres de lujo, semejante a Puerto Madero pero que quedó inconcluso y con varios proyectos que no se concretaron.

La intendenta Mónica Fein confirmó el cambio de rumbo en el destino de esos lotes y pidió al Concejo Municipal que elabore un nuevo plan urbanístico para que se levanten viviendas para la clase media, para los vecinos de bajos recursos que viven hace añares en un sector y se garanticen los espacios públicos.

El pedido de Fein vino a cerrar una disputa de años entre importantes jugadores del real estate que pugnaban por esas tierras y que tuvo al dueño de un exitoso delivery de tortas y postres como protagonista de uno de los capítulos más sobresalientes de esa pelea.

Gabriel Mana, dueño de El Tortero, utilizó varios recursos con el fin de que se le reconozca la titularidad de las tierras donde residen unas 70 familias humildes prometiendo que el proyecto urbanístico les iba a resolver la precaria situación habitacional.

El barrio de casillas de chapa saltó a la fama cuando el periodista Jorge Lanata mostró en su programa Periodismo Para Todos un búnker de drogas que operaba en el lugar.

Sin embargo, la justicia federal, que era la competente por ser tierras fiscales, terminó rechazando la demanda de Mana y confirmando que la propiedad pertenecía al Estado Nacional.

Además, hubo un proyecto para la construcción de un hotel Sheraton cuya propuesta la había acercado el empresario turístico Carlos Gianni, dueño de Turicentro Viajes, con estrechos vínculos con José López, el ex secretario de Obras Públicas apresado cuando tiraba bolsos con plata dentro de un convento.

A pesar de haber sido aprobado de forma exprés en el Concejo Municipal y de contar con el permiso municipal para la excepción al código urbano para excederse en la altura de la construcción, la oposición de importantes empresarios locales con intereses en otras inversiones hoteleras terminó de echar por tierra el anhelo del Sheraton local.

Es por ello que ahora la Municipalidad le solicitó al Concejo que trate los nuevos indicadores urbanos que contempla viviendas para las familias que allí están instaladas, viviendas bajas de dos o tres pisos para la clase media y amplios espacios públicos.

De hecho, retoma un viejo proyecto presentado por la concejala Fernanda Gigliani quien en el 2014, cuando el plan PROCREAR se encontraba en su máximo esplendor y en Rosario se hacía difícil el acceso al terreno, pidió que se destinen esas hectáreas para cubrir esas necesidades en vez de destinarlas a emprendimientos de lujo.

A su vez, Fein pidió que la fábrica de jugos Trechel, que ocupa un viejo galpón de la época en la que Refinería era un barrio obrero, se traslade y destinar ese inmueble a un centro cultural o algo similar.