El caso de un empresario asesinado a balazos por delincuentes que le robaron unos seis millones de pesos e hirieron a uno de los dos policías que lo custodiaban conmocionó este lunes a los vecinos de Quilmes y Florencio Varela, ya que tuvo lugar en el límite entre ambos partidos del sudeste del conurbano bonaerense.
Como el episodio tuvo su desenlace fatal en Varela, hubo una rápida reacción del intendente Martiniano Molina para que su gestión no pague las consecuencias de un grave hecho de inseguridad. "Corresponde a la jurisdicción de Florencio Varela", aseguraron desde la municipalidad de Quilmes y enfatizaron no tener "nada que ver" con el hecho que conmociona a toda la zona.
El caso tuvo lugar poco antes de las 10 de este lunes, cuando el hombre -el dueño de una distribuidora de golosinas identificado como Aldo Venturini- circulaba en una camioneta Renault Master en la que transportaba el dinero, seguido de cerca por dos policías en franco de servicio que actuaban como custodios en forma privada.
Su vehículo fue abordado por delincuentes que se movilizaban en una Volkswagen Amarok y se inició un feroz tiroteo en el que el empresario terminó acribillado a balazos en la intersección de República de Francia y Blanco, informaron fuentes policiales.
En este sentido, desde la municipalidad de Quilmes aclararon a LPO que hubo una "confusión" ya que los medios cuando empezaron a hacerse eco de la noticia dijeron que había sucedido en Quilmes. "Como el custodio que acompañó al empresario es de Quilmes, resonó el nombre de nuestro municipio pero nosotros no tenemos nada que ver, esto es jurisdicción de Varela", afirmaron e insistieron: "El tema de cámaras lo maneja Fiscalía, no podemos hacer nada". También revelaron que hay un secreto de sumario tan grande que "les sacaron los celulares" a los efectivos.
El ex cheff buscó enseguida evitar que este grave hecho delictivo le traiga repercusiones en un año electoral, sobre todo porque desde su asunción como jefe comunal hubo fuertes problemáticas de gestión materia de seguridad. Desde la oposición local recordaron a LPO que recientemente asumió el quinto secretario del área desde que Molina es intendente.
Primero, el cargo de secretario de Seguridad local fue para Federico Peña, quien debió irse en medio de un escándalo. Su lugar lo ocupó Analía Pauluzzi, también corrida del cargo por su "poco diálogo con la policía", según entienden fuentes locales. Después asumió el ex comisario Fabián Tosso, que duró un mes. "Lo había puesto el padre de Martiniano", critica la oposición. A Tosso lo reemplazó Adrián Casino y ahora asumió Matías Zarco, que también fue policía.
"A diferencia de otros distritos vecinos, ya sean oficialistas como opositores, en Quilmes no encuentran un rumbo en materia de seguridad. Y esto queda reflejado en la cantidad de cambios de autoridades que tuvieron en un año", dijo a este sitio el ex senador sciolista Alberto De Fazio, mientras que otra fuente cercana a Martiniano reconoció que "lo que pasa con el tema de seguridad es lo mismo que en servicios públicos, tránsito, salud, desarrollo social y todo lo demás... No hay criterio".
Martiniano es uno de los intendentes "elegidos" por Mauricio Macri para poner al frente de la campaña del oficialismo en la Provincia, ya que desde Cambiemos evalúan que hizo una buena gestión y –como contó LPO- bajan muchos recursos de Nación para asistir al jefe comunal. Por eso, la estrategia en este caso fue salir a aclarar enseguida que el crimen del empresario pertenece a la jurisdicción de Pereyra.
En tanto, este sitio se comunicó con fuentes de la Provincia que también se despegaron del hecho y confirmaron que la hipótesis principal que barajan es que la víctima fue "vendida". Además, deslizaron que les llama la atención que no hubiera contratado una empresa de caudales.
Según se supo, en el momento del asalto el empresario se dirigía con la recaudación de su empresa a una sucursal bancaria situada sobre la avenida Calchaquí para depositar el dinero. Los delincuentes escaparon con el dinero y abandonaron la camioneta utilizada en el sangriento atraco a las pocas cuadras, aparentemente para seguir la huida en otro vehículo. La camioneta Renault recibió al menos unos 20 impactos de bala de distinto calibre, lo que denota la ferocidad de los delincuentes.
