Vasos comunicantes entre los comandos electorales de Sheinbaum y del titular de Segob. El antecedente de la CDMX en 2017. |
Adán Augusto López sigue generando confusión. ¿Lo relevó o renunció al presidente Andrés Manuel López Obrador como secretario de Gobernación? ¿Por qué mostró desdén por Morena y sus reglas y mandó un propio a registrarse como aspirante a la candidatura (dejemos los eufemismos ridÃculos) presidencial? ¿Por qué tampoco quiso aceptar los cinco millones de pesos que el partido decidió entregar equitativamente a quienes buscan la nominación? Actúa como si la candidatura no le importara y sugiere con su distancia de las reglas del juego, que su papel en el proceso tiene que ver con otra estrategia.
¿A qué le juega Adán Augusto?
Si fuera otro paÃs y otra persona, se podrÃa decir que sus acciones tienen que ver con un rompimiento en el seno del poder y que el amigo más antiguo de López Obrador entre los aspirantes, rompió lanzas en los hechos, no en la zalamerÃa demagógica, con el presidente. Si fuera otro paÃs y otra persona, esa serÃa la lectura por el tipo de respaldo que tuvo para sus presuntas aspiraciones presidenciales en la Cámara de Diputados, donde los liderazgos de Morena lo apoyaron, al igual que conspicuos miembros del lópezobradorismo más radical.
En este grupo sobresale Abraham Mendieta, uno de los más brillantes gladiadores del sector duro del defensa del presidente, quien decidió abiertamente tomar partido por López y no por Claudia Sheinbaum, la favorita presidencial y la única entre los aspirantes que consideran los radicales como parte de ellos mismos. Mendieta es junto con la diputada de Chihuahua, Andrea Chávez, una de las figuras que sin esconderse en seudónimos y cuentas falsas en redes sociales, está embarcado en la gran guerra digital que viven los lópezobradoristas contra sus opositores. Chávez también se inclinó por López, pero no sorprende, por su enorme cercanÃa.
Sin embargo, no puede plantearse como cisma, y ni siquiera como turbulencias en el entorno polÃtico más Ãntimo del presidente, donde está claro el apoyo hacia Sheinbaum. Si bien la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México no tiene muchos vasos comunicantes con López, sus cañerÃas sà se conectan. Quien los une es César Hernández Paredes, que dirige el portal Revolución 3.0 que fundó junto con el grupo de asesores, ideólogos y propagandistas más radical que tiene López Obrador, como se detalló en este espacio la semana pasada.
Hernández Paredes fundó también una filial de una consultora en España que creó Juan Carlos Monedero, militante del partido de extrema izquierda Podemos. La subsidiaria mexicana, es Neurona Consulting, que ha trabajado para Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, y Gustavo Petro en Colombia, y se vio involucrada en una triangulación financiera para Podemos, que investigan fiscales españoles por presunta violación a las leyes en ese paÃs. Mendieta fue miembro de la campaña de Podemos en 2015.
Todo el grupo de Revolución 3.0 está dedicado a apoyar a Sheinbaum y, al mismo tiempo, denostar al excanciller Marcelo Ebrard. Con López no se meten; ni lo voltean a ver. La razón, de acuerdo con funcionarios federales, es que Hernández Paredes también está asesorando al exsecretario de Gobernación. Juega en los dos campos es un flagrante conflicto de interés, pero los funcionarios no ven un problema ético, sino una estrategia en tándem, donde las tácticas de Sheinbaum y López estarÃan alineadas para poder jugar en el mercado laboral. Si se pudiera hacer una analogÃa en el mundo de los negocios, serÃa lo que en algún momento fueron Bimbo y TÃa Rosa, las marcas que tienen un mismo origen y propietario, y jugaron a la competencia para quedarse con el mercado de los panes.
Si están subrepticiamente en sintonÃa López y Sheinbaum, ¿Quién de los dos será la que resulte ganadora de la encuesta para definir candidato? Por como se han ido construyendo las cosas, las señales son que será la exjefa de Gobierno la que será nominada por Morena, y López será la TÃa Rosa que legitimará a Sheinbaum. De confirmarse en los hechos lo que nos dicen en sÃmbolos, la estrategia buscarÃa que López quedara en segundo lugar, repitiendo la amañada encuesta de 2017 para escoger candidato al gobierno de la Ciudad de México.
Sheinbaum ganó, como anticipaban las encuestas, pero Monreal, que iba en segundo lugar, quedó en el fondo, en la cuarta posición, humillado por Martà Batres y Mario Delgado, a quienes aventajaba en los sondeos. Monreal se quejó y amenazó con salirse incluso de Morena. Al final, como es historia, se doblegó ante López Obrador.
López, entonces, serÃa quien le levantara la mano a Sheinbaum, como Batres y Delgado lo hicieron con ella hace seis años, y dejarÃan en el ostracismo a Ebrard. ¿Esto es lo que traen entre manos? No es posible saberlo en este momento, pese al desengaño de López y las recientes pérdidas de temple de Sheinbaum, que la hacen ver muy nerviosa. La estrategia dual, sin embargo, va a ser imposible ocultarla, y como ha sido en los últimos dÃas, se irá intensificando el golpeteo contra el excanciller y el respaldo a la exjefa de Gobierno. De López veremos si quiere seguir nadando de muertito, pero habrá que revisar sus declaraciones y recorridos, para poder intentar descifrar sus motivaciones.
La contienda por la candidatura presidencial de Morena, que inicia hoy de manera formal -aunque con otro nombre, "coordinador de los comités de defensa de la Cuarta Transformación", que sólo sirve para burlarse de las leyes electorales-, se ha vuelto interesante y entretenida. Pero a la vez de alto riesgo para López Obrador, que está haciendo todo para controlar el proceso sin que se le salga de las manos. Para ello pensó en un método muy rÃgido, donde el factor humano, sin embargo, determina el resultado. La rigidez, como en una regla, se rompe cuando se da un golpe seco en el centro. El método de selección puede ir por ese camino porque el factor humano es impredecible y existen posibilidades de que se enturbie el proceso en perjuicio de Sheinbaum y en beneficio de Ebrard.
Todo esto son posibilidades y el tiempo irá mostrando cómo operan y actúan los aspirantes. El tiempo dirá también si López fue un tÃtere de segunda generación, y su papel fue de sacrificio para apuntalar a la favorita del presidente.
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