Este fin de semana quedó sellado un amplio bloque obradorista que defenderá la continuación de Morena en el gobierno de Puebla. Gobierno que tras la inestabilidad por la muerte de Miguel Barbosa (y su cuestionado paso por la administración estatal) parecía darle una oportunidad real a la oposición en la figura del alcalde Eduardo Rivera.

Cerca del mediodía de este domingo Nacho Mier se sumó a ese bloque en torno al senador Alejandro Armenta, virtual candidato a la gubernatura. Sofocada la rebelión de su primo, y con el visto bueno del gobernador Sergio Salomón Céspedes (y sus candidatos a la interna: Olivia Salomón y Julio Huerta), el senador prepara las candidaturas en alcaldías, senadurías y diputaciones locales y federales. Ahí es donde Claudia Rivera mostró un gran interés.

Del otro lado, el equipo del presidente municipal de la capital se comunicó para dar sus primeras impresiones sobre la postulación de Armenta, y el balance no fue halagüeño para el panista Eduardo Rivera. Para empezar, en el war room esperaban que la candidatura de la 4T quedara en un personaje menos competitivo que el senador (de Nacho Mier para abajo).

Sin un lugar en el Senado, Nacho Mier amenaza con renunciar a Morena

En los sondeos nacionales más confiables, Armenta supera en intención de voto a Rivera Pérez por dos cifras (de 10 a 15 puntos). En las encuestas más optimistas -o sea, que trabajan para el senador- Alejandro Armenta registra una popularidad de dos a uno a Eduardo Rivera. Pero, por ahora, el consenso entre el panismo y el priismo es que el morenista es el puntero, a quien retará Rivera de ser el abanderado de la oposición rumbo a 2024.

Y segundo, la crisis por el incremento de la inseguridad le está pasando factura al presidente municipal de Puebla. Más de uno en su equipo recomendó al panista cambiar a la secretaria Consuelo Cruz y, contra esa opinión, Rivera la ratificó igual número de veces; la última de ellas, esta misma semana, ante una ola de violencia que concluyó con 17 homicidios al hilo.

La respuesta no pareció satisfacer a nadie, desmarcando la responsabilidad del municipio y endilgando a la federación el fracaso de la seguridad en todo el país por la estrategia de "abrazos y no balazos". Al menos eso declararon diputados y regidores panistas, mientras el PRI coquetea con Morena, amenaza con romper la alianza nacional y postular así a su propio candidato a la gubernatura, un golpe que podría ser fatal para las aspiraciones de Rivera.