Desde el primer relevo en la Mesa Directiva del Senado de la República, allá en el lejano 2019, la atención de varios grupos al interior de la bancada de Morena creció hasta evidenciar sus diferencias, en ese momento entre Ricardo Monreal y Martí Batres.
Ese abismo se abrió con los años y, a una semana del inicio periodo ordinario en la Cámara alta, ya sin Monreal Ávila ni Batres Guadarrama en el grupo parlamentario, unos respaldan a la tlaxcalteca Ana Lilia Rivera y otros a la yucateca por adopción Marybel Villegas Canché.
Ambas ya habían levantado la mano en procesos anteriores para la Mesa Directiva, y se formaron en la larga fila que antecedían sus compañeros morenistas Alejandro Armenta, Eduardo Ramírez y Mónica Fernández Balboa. Cada uno palomeado por Monreal Ávila, ahora se lanzó la convocatoria aparentemente sin el visto bueno del monrealismo.
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A ese grupo pertenece Marybel Villegas, quien el año pasado -durante el proceso electoral en su estado- pidió licencia a su escaño y se fue a competir por la candidatura de Quintana Roo. En un momento, cuando se conoció que la candidata sería Mara Lezama hoy gobernadora, Villegas Canché amenazó con dejar Morena, lo cual al final no ocurrió.
Pero desde ese momento, gracias a su cercanía con el monrealismo, la senadora habría pactado dirigir la Mesa Directiva del Senado, algo que ahora ponen en duda Los Puros y Duros en la bancada pues tienen otros planes para la Cámara alta en este último año.
Su plan pasa por Ana Lilia Rivera. La tlaxcalteca también tuvo que aceptar el resultado de un proceso electoral que no la benefició (sino a Lorena Cuéllar, gobernadora de Tlaxcala), pero a diferencia de Marybel Villegas se disciplinó y no amenazó con romper. Ahora apoya a Claudia Sheinbaum la Presidencia de la República en la interna de la 4T.
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