César Camacho atraviesa un momento complejo en el bloque del PRI en San Lázaro. Esta semana una de sus diputadas -Marta Tamayo- saltó a Morena y la semana pasada sufrió un revés que puede marcar el devenir de la actividad en la Cámara: el fracaso de la ley para proteger a los delfines.

Debía ser un trámite simple pero las bancadas del PAN y PRD dejaron a PRI y al Verde sin quórum por un problema de coordinación entre ambos grupos y por el hecho de que los cabilderos de los delfinarios (casi todos provenientes de Quintana Roo) se manejaron de modo poco sutil entre los legisladores. Cada delfín genera un millón de dólares al año. La ley quedó en stand-by.

Ahora las bancadas del PRD y el PAN comienzan a tener una mayor capacidad de boicotear votaciones lo cual viene a cristalizar lo que ya es una verdad conocida al interior del bloque del tricolor: que la ley de Seguridad Interior va a naufragar.

Esa iniciativa que Miguel Ángel Osorio Chong reclama al igual que los mandos del Ejército tiene adeptos en el bloque donde señalan que en realidad Camacho no quiere votarla y apuntan incluso a que el problema de los delfines fue autogenerado por el coordinador para preparar el terreno.

Camacho hace un análisis electoral: la ley de seguridad implicará darle herramientas a Morena para la contienda en Edomex donde el PRI se juega gran parte de su futuro inmediato. El Gobierno no quiere que la seguridad sea el tema en esa carrera electoral.

A estos casos se suman otros factores de disonancias internas como que Camacho sigue hablando a favor de reducir diputados plurinominales. Ese plan disgusta porque ante un 2018 que luce complicado, el  PRI cree que esas posiciones pueden ser una vía para retener cierta presencia legislativa. Sin embargo el tema ya está instalado en la mesa de análisis de la Jucopo donde también se hablará sobre segunda vuelta electoral.