Septiembre será el mes más importante para el futuro inmediato de Ricardo Anaya. En esos 30 días el líder nacional del PAN deberá terminar de cristalizar si le apuesta a una carrera presidencial contra Margarita Zavala o si por el contrario se queda como presidente del partido y desde esa oficina digita candidaturas y demuestra su habilidad para lograr acuerdos políticos.

En caso de ir por la presidencia, en octubre dentro del PAN debería comenzar la disputa por la sucesión de Anaya. Al presidente del partido le preocupa ese escenario y los efectos que pueda tener hacia afuera. Así lo expresó esta semana en un encuentro con su círculo más cercano, donde cada vez se afianza mejor Santiago Creel. El ex secretario de Gobierno es el puente de Anaya con los otros partidos y, fundamentalmente, con Los Pinos. Beneficios por su rol durante el llamado "Pacto por México".

Es cierto que en los últimos días le han recomendado a Anaya una maniobra tal vez demasiado audaz que sería dejar la presidencia y colocar en la misma a un secretario general que actué como satélite de modo de que mientras construye su candidatura, también pueda incidir en la vida interna del Partido. 

Esa maniobra recibiría fuertes detractores. La primera queja provendrá del gobernador Rafael Moreno Valle, que comenzó su sueño presidencial más cerca de Anaya pero en las últimas semanas su camino se ha acercado más a Margarita. El gobernador de Puebla ha comenzado a cabildear este rechazo con otros panistas de peso.

Santiago Creel, un hombre clave para Anaya.

Cuartoscuro

El líder del PAN tiene tres cuestiones que debe develar antes de una decisión tan crucial para su destino político. Primero, explorar con sus contactos en el PRD si existe una mínima chance de que ese partido se encolumne detrás de Zavala.

Anaya estudia una maniobra audaz: dejar la presidencia y colocar a un secretario general que actué como satélite. Así, mientras construye su candidatura, también podría incidir en la vida del Partido.

Posibilidades hay, pero será decisivo el acuerdo sobre la campaña en el Estado de México, en donde -por cierto- estos días se conocieron a nivel interno encuestas que le dan buena posición a Josefina Vázquez Mota en esa contienda. 

En segundo lugar, tener una noción más tangible sobre cómo finalizará a depuración del padrón del partido y cómo quedará parte de ese armado político del cual Anaya se valió para llegar a la cima blanquiazúl. 

Y el tercer aspecto es el dinero: hasta ahora Anaya corre muy atrás de Margarita en lo referido a la seducción del empresariado que aportará para la campaña.

De estas respuestas dependerá en gran parte la determinación final del líder del PAN. Se verá además si mantiene el pragmatismo que lo ha llevado al protagonismo actual o si se apoya en ciertos intangibles tan propios de la política en tiempos de elección.