Imposible no notar la sonrisa de Ricardo Anaya Cortés, el juvenil dirigente del PAN. Aun sin ver su rostro, con sólo escucharlo en una de las entrevistas que dio como parte de su vuelta del triunfo telefónica por todos los noticieros importantes del país, es innegable que hoy vivió la noche más importante de su carrera.

Ha sido una jornada indiscutiblemente victoriosa para el PAN. Cuatro de los golpes más fuertes y sorpresivos para el PRI se los llevó en los estados de Aguascalientes, Chihuahua, Durango y Tamaulipas, entidades donde se presumía que el PRI tendría triunfos cómodos. Hasta el cierre de esta edición, la victoria era para el PAN. 

En Chihuahua el panista Javier Corral -probablemente el miembro más progresista de ese partido- logró sumar el apoyo de la sociedad civil y de representantes históricos de la izquierda como Cuauhtémoc Cárdenas y la escritora Elena Poniatowska, e inclusive de perredistas activos como Fernando Belaunzarán.

Para la media noche el Prep estatal mostraba a Corral con una ventaja de seis puntos por encima de su contrincante priísta, Enrique Serrano, con 39.68% de las preferencias. Con todo, Serrano anunció horas antes su victoria ante medios de comunicación nacionales, como el resto de los candidatos de su partido.

Mientras tanto, en el estado vecino de Durango, el PRI también perdió la gubernatura ante la alianza PAN-PRD, encabezada por José Rosas Aispuro, quien pasada la media noche y con el 41% de las actas computadas ya contaba con una ventaja de cinco puntos ante el priísta Esteban Alejandro Villegas.

Tamaulipas fue otro estado donde el PAN -con el 32% de las actas contabilizadas- se llevaba una clara ventaja sobre el Revolucionario Institucional. El candidato panista Francisco García Cabeza de Vaca ha sido uno de los más polémicos de este ciclo. A ratos, el senador apareció acusado de tener nexos con el crimen organizado, sólo para al día siguiente ser alabado en un diario texano como el candidato ideal para combatir a los cárteles y devolverle gobernabilidad a la zona.

Como lo adelantó LPO, para la 1 de la mañana Cabeza de Vaca ya le llevaba 14 puntos de ventaja al priísta Baltazar Hinojosa, por lo que su triunfo parece inevitable.

Aguascalientes, por su parte, también parece que lo van a perder. El estado hoy gobernado por el priísta Carlos Lozano, pasaría a manos del panista Martín Orozco Sandoval, quien con el 50% de las actas procesadas contaba con el 44.08% de las preferencias contra el 40.34% de la abanderada de la coalición PRI, Verde, Panal, PT: Lorena Martínez Rodríguez.

Para Anaya esta noche debe ser un dulce recuerdo de los dosmiles y de lo que la derecha partidista es capaz de hacer en México. Época en que el PAN de Fox y después de Calderón dominó las preferencias de la gente, y el PRD de Obrador relegó al tricolor a la tercera fuerza política.

Más que eso, el triunfo de hoy sirve como bofetada con guante blanco para todos los que lo han acusado de ser demasiado joven y poco experimentado para comandar uno de los tres partidos más importantes de México, entre ellos el viejo lobo de mar Manlio.

Es seguro que, si es que logra dormir, el dirigente nacional del blanquizaul  estará soñando con una historia que se repite y un presidente panista en Los Pinos.