Los acuerdos de Andrés Manuel López Obrador con los gobernadores salientes Quirino Ordaz y Antonio Echevarría han generado que a lo largo de la semana que concluye hoy viernes se intensifiquen los cabildeos de mandatarios estatales (actuales o salientes) con la firme intención de ingresar al gabinete.

LPO reveló la meta del gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, por reemplazar a Manuel Bartlett en CFE con el guiño del titular de Segob, Adán Augusto.

En una jugada similar, el gobernador de Quintana Roo, el panista Carlos Joaquín cuyo mandato termina en 2022 quiere aprovechar los movimientos del gabinete para ya desde ahora suceder a Miguel Torruco en la Secretaría de Turismo.

LPO ha revelado que en el PAN predomina la tesis de que Carlos Joaquín ya acordó entregar el estado a Morena y que ese acuerdo está rubricado en consonancia con el Partido Verde y con el hijo del presidente, Andrés López Beltrán.

El inconveniente para el gobernador es que, al igual que sucede con Bartlett, se trata de una colina difícil de conquistar. Prácticamente todos los grandes empresarios del sector se han quejado con AMLO del desempeño de Torruco y su poca predisposición al horario laboral. Desde la SFP se han objetado los gastos de la dependencia en comidas y bebidas. Y para colmo, el affaire de Miguel Alemán, fugado desde más de un mes y medio.

Sucede que un hijo de Torruco era un colaborador estrecho de Alemán en el managment de Interjet antes de que la aerolínea cerrara sus operaciones por bancarrota.  El presidente está muy resentido con Alemán, se dice traicionado por el magnate, pero de momento ni esa confrontación parece afectar la continuidad de Torruco.