En medio de un secreto absoluto Rubén Moreira dejó la secretaría General del PRI a un mes de haber asumido en el cargo. Ninguna explicación ofreció el ex gobernador de Coahuila pero su entorno directo atribuye la salida a una serie de disonancias que ya desde la elección Moreira tendría con su delfín Miguel Riquelme, que el año pasado retuvo la gobernatura.

Moreira ha detectado diversas quejas sobre la gestión de su sucesor pero la principal tensión fue en plena campaña porque a Moreira le han dicho que Riquelme acordó con Morena y por eso José Antonio Meade no ganó en la entidad norteña. Habría sido una operación de voto cruzado similar  a la que existió en otras entidades pero que se salió de cause y devino en que AMLO logró un rendimiento histórico en Coahuila.

En la contienda presidencial en Coahuila circulaba el dato además de que Riquelme había invertido millones de pesos en la firma de inteligencia digital Espora y que ese presupuesto también se puso a favor de Morena.

La otra arista de la salida de Moreira es la liberación de Elba Esther Gordillo y la cercanía que esta tiene con su hermano Humberto, que se fue del PRI y que supuestamente está peleado con Ruben aunque en la clase política coahuilense resuena el dato de que en realidad son socios políticos.

Como sea, la salida de la maestra le da un nuevo envión a Humberto por los nexos de la sindicalista con lo que podría buscar ganar centralidad en el estado, algo que atenta contra los planes de su hermano Rubén.

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A estos aspectos se suma que en las últimas horas José Narro, secretario de Salud deslizó entre amigos que podría buscar una posición en el esquema del PRI. Narro es cercano a Carlos Salinas de Gortari y por tanto tiene buena relación con Claudia Ruiz Massieu.