En el círculo rojo de México se instaló un rumor casi indiscutido, que incluso los asesores de Andrés Manuel López Obrador repiten: el primer año del gobierno habrá una mirada ultra-concentrada en la política nacional. Habría una "presidencia itinerante", con el tabasqueño recorriendo los municipios de todo el país, como viene haciendo desde hace años.

"La mejor política exterior es la interior", repetía AMLO en campaña, cuando le preguntaban cómo haría para establecer una relación cordial o productiva con Donald Trump, quizás uno de los presidentes de Estados Unidos menos amigable de la historia con México.

Pese a este panorama, LPO pudo saber que los equipos de López Obrador ya preparan la primera gira internacional del próximo Presidente. La fecha que se maneja es la última semana de enero o la primera de febrero. Se debate a cuántos destinos debería concurrir.

Un sector de sus asesores le recomendó arrancar por Estados Unidos, lo que significaría un gesto hacia Trump. "Habría que ver primero que ocurre en noviembre, a ver si pierde las elecciones y ahí se lanza con todo otra vez contra México", advirtió a este medio uno de los integrantes de la mesa chica del tabasqueño.

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Pero si el mandatario estadounidense no reactiva sus ataques, los dos primeros países que visitaría AMLO serían EU y Canadá, quizás en el marco del relanzamiento de la relación con las negociaciones del TLCAN ya cerradas.

LPO consultó si acaso existiría una visita a Sudamérica, como señal de que México volteará también en busca de lazos políticos y comerciales más profundos hacia el sur. "El problema es que donde vayamos de la región, se agitarán las típicas críticas por las lecturas de apoyos a líderes de izquierda o de derecha. Mejor arrancar por otras tierras", explicó la misma fuente a LPO.

Así, el tercer destino podría salir de algún país europeo. ¿Y la relación con el papa? No se descarta que López Obrador pueda organizar una visita al Vaticano. A través de algunos sacerdotes de la Iglesia de México, el tabasqueño ya visitó a Francisco en 2016, algunos meses antes de su visita al país.

Ese encuentro fue coordinado, con el propósito de que el Papa no lo reciba en privado, sino como un fiel más. Ese tono casual evitaría conflictos con Peña Nieto, que lo recibiría tiempo después en México. "La relación entre ellos es excelente, no habría que descartar un encuentro en breve", afirmaron a este medio.