Andrés Manuel López Obrador finalmente cedió a publicar un decálogo de promesas a los inversonistas, un pedido que cumple ya un año por parte del mundo de los negocios y que exigía al equipo del candidato a la presidencia se comprometiera públicamente a no aplicar una política chavista. 

Como La Política Online reveló un año atrás, por estas fechas el equipo de Morena buscaba el acercamiento en el mundo empresarial. Entonces, el Bank of America Merrill Lynch en México tuvo la propuesta concreta de un decálogo.

En una junta, organizada Carlos Capistrán, economista en jefe de esta importante institución financiera, se revelaban las inquietudes de los inversionistas estadounidenses, como el devenir de los contratos de la reforma energética.

Tras ese encuentro, fue clara la petición de Capistrán a Mario Delgado y Adrián Rodríguez, que encabezaban los encuentros por parte de Morena: "Creo que sería bueno que le propongan a su jefe que firme en público un decálogo, una carta pública, como hace ahora con los acuerdos políticos".

El panorama actual le da una amplia ventaja al político tabasqueño, sin embargo, aún tiene pendiente lograr el visto bueno de los inversionistas, que no han dejado de expresar su temor ante un eventual triunfo de Morena, y ya arrancadas las campañas, López Obrador hizo la apuesta y publicó el decálogo en una misiva enviada al diario El Financiero.

Ahí, expuso en 10 puntos sus propósitos de Gobierno y su visión sobre la situación actual del país, partiendo de la premisa que ante su liderazgo en los sondeos, "el grupo que ha ocupado el gobierno y que ha lucrado al amparo del poder público en los últimos sexenios ha lanzado una campaña para atemorizar a empresarios e inversionistas del país y del extranjero".

Las promesas

En el decálogo, reiteró lo que ha venido señalando en sus discursos. El eje central, y primer punto, es el combate a la corrupción, seguido de describir los altos salarios de los que gozan hoy en día los funcionarios y que ha prometido, reducirá.

Refirió un gobierno austero y honestidad como claves para lograr una reducción del costo de la administración para aumentar la inversión pública y utilizarla como capital semilla para financiar proyectos productivos

"El modelo económico que proponemos es semejante al que se aplicó en el país en el periodo denominado del ‘Desarrollo Estabilizador'", expuso el ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, apuntando que con esa orientación la economía mexicana creció a tasas del 7 por ciento anual, sin endeudamiento, inflación ni devaluación de la moneda.

Pero dejó claro, ante la insistencia de sus opositores de ver en el plan de Obrador, un proyecto añejo: "No es nuestro propósito, desde luego, revivir un modelo del pasado y aplicarlo de manera mecánica; pretendemos retomar las lógicas que funcionaron, ajustarlas a las condiciones actuales y aplicarlas con una visión política distinta", dijo.

En ese sentido, explicó que reconoce "un entorno en el que deben tomarse en cuenta factores tan diversos como la inserción de México en la globalidad, el surgimiento de una nueva generación de derechos individuales y sociales y una vertiginosa transformación tecnológica".

Prometió ser respetuosos de la autonomía del Banco de México y un auténtico Estado de derecho, enfrentar a la violencia y no tomar medidas autoritarias, además de tener disposición a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, "pero consideramos conveniente que la firma de los nuevos acuerdos se realice después de las elecciones del 1 de julio".

"Señores inversionistas, nuestra propuesta va encaminada a lograr un cambio ordenado y pacifico para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de nuestros connacionales y que haga posible el renacimiento de México", pidió tener confianza.

Al cierre de su carta, el tabasqueño afirma: "No somos rebeldes sin causa y tenemos palabra. Sabemos cumplir nuestros compromisos. No se dejen asustar. (...) no dejarse manipular por las campañas de odio y a abstenerse de promover enconos, polarizaciones y estados de pánico que ponen en riesgo la armonía social, lastiman las libertades, contravienen la honestidad y socavan la democracia".