La reunión del pasado viernes entre Enrique Peña Nieto y la canciller canadiense Chrystia Freeland tuvo consecuencias inmediatas. Según pudo conocer LPO, el secretario de Trabajo Roberto Campa recibió la orden de preparar el camino para un aumento del salario mínimo (el anterior fue en diciembre) y una serie de directivas para reglamentar la reforma laboral que está en el Congreso.

Los negociadores canadienses del TLCAN se han mostrado exigentes con que México debe revisar su situación salarial, algo a lo que Ildefonso Guajardo todavía no responde. Pero el pedido sigue sobre la mesa.

En la ronda de Montreal Freeland insistió con que México debe revisar sus salarios y sobretodo las condiciones laborales para que eso no implique fuga de empleos de Canadá y EU a México. La presión es entendible porque el premier Justin Trudeau tiene una fuerte alianza con los grandes sindicatos de Canadá. 

Campa ya corrió a 16 funcionarios jerárquicos designados en la gestión de Alfonso Navarrete Prida. Ahora iniciará una serie de gestiones con el empresariado para explorar un nuevo aumento que permita mostrar un gesto de México para con el gobierno de Trudeau.

No solo se trata de una cuestión externa. Para el Gobierno esto es funcional en un año electoral, especialmente luego de que los incrementos de gasolina en enero conspiran contra el aumento dado en diciembre.