El almirante Enrique Sarmiento, subsecretario de la Marina, se está convirtiendo en el principal nexo de la campaña de José Antonio Meade con la cúpula militar. Quien lo acerca es Aurelio Nuño, que estrechó lazos con el militar durante la crisis humanitaria de los sismos, concretamente la que tuvo lugar en el Colegio Rebsámen.

En ese momento de desastre la Marina le permitió a Nuño operar en la zona del colegio y luego asumió la responsabilidad por la inexistencia de la niña Frida, que se decía estaba atrapada bajo los escombros, pero luego se conoció, eso nunca ocurrió.

Sarmiento tiene una maestría Maestría en Seguridad Nacional en el Centro de Estudios Superiores Navales, un Curso de Operaciones Especiales de Comandos en el Batallón de Comandos del Pacífico y una Maestría en Gerencia Ejecutiva de Transporte y Movilización en la Universidad de la Tierra de Brasil.

El marino además cuenta con una muy buena opinión de parte del gobernador de Baja California Sur Carlos Mendoza Davis, que es amigo de Meade desde el colegio secundario cuando los padres de ambos eran conocidos.

En las últimas semanas todo el círculo de Meade opera en la arena legislativa para que se apruebe finalmente la Ley de Seguridad Interior que reclaman los militares y que es objetada por ONGs y entidades multilaterales.