Llegó con un amplio apoyo de todas las bancadas, gracias al vinculo fraterno que logró como senador. Raúl Cervantes reemplazó a Arely Gómez sin grandes sobresaltos. Pero la ruptura de Ricardo Anaya con Los Pinos lo colocó justo en el centro del fuego cruzado. Hoy, después de meses de desgaste, presentó su renuncia ante la Junta de Coordinación Política del Senado.

Cervantes era señalado como un hombre de una profunda amistad con el Presidente. De hecho, su primo Humberto Castillejos fue consejero jurídico en casi todo el sexenio, hasta que hace un puñado de meses decidió dejar su oficina en Los Pinos. Ese nexo tan profundo era denunciado por la oposición como un obstáculo para acceder a la Fiscalía General.

Hay que recordar que el oficialismo se llenó de enojo con la presunta "traición" de Anaya. El acuerdo, según afirman en el tricolor, era que el PRD pondría al Fiscal contra Delitos Electorales -logró hacerlo y allí está Santiago Nieto-, el PAN al Fiscal Anticorrupción y el PRI al Fiscal General. El dirigente panista habría roto ese acuerdo.

Desde ese momento, como reveló LPO, Luis Videgaray intentó convencer a Enrique Peña Nieto en pensar en otro perfil para descomprimir la situación. El nombre era Eduardo Medina Mora, con lazos hacia el PAN. "Sería muy difícil que se opusieran", argumentaban.

Ese planteo se hizo todavía más fuerte después de la arremetida de Mexicanos Unidos Contra la Corrupción y la Impunidad (ONG del hijo de Claudio X. González), en donde lo acusaban de haber registrado una millonaria Ferrari en un domicilio de interés social en Morelos. Pero el Presidente quería mantener a su procurador de confianza.

Bloqueados por la oposición, Los Pinos finalmente cambió de estrategia. "El Constituyente no se equivocó cuando decidió, hace tres años, crear una Fiscalía General autónoma. Es decisión correcta para que, con autonomía, fiscales puedan brindar justicia a una sociedad agraviada por denuncias que en muchos casos no avanzan", aseguró Cervantes en sus redes sociales.

Mientras se mantenía reunido con los líderes de las fracciones parlamentarias -en donde destacó los logros de su gestión como procurador-, el funcionario emitió una suerte de comunicado para explicar los motivos de su salida.

"Los logros que conseguimos no son suficientes. No podemos ir más rápido, ni ser más eficientes si no hacemos YA transición a nuevo esquema institucional que asegure, día a día, mejores resultados en el combate a la delincuencia y en dejar atrás la impunidad", escribió.

Y siguió: "No se trata de personas. Se trata de construir mejores instituciones. Algunos legisladores y políticos han usado mi nombre y mis supuestas aspiraciones como excusa para no avanzar en aprobación de las leyes que permitirían mejorar condiciones y herramientas con las que se procura justicia. Yo no tengo ninguna aspiración, fuera de servir, en cualquier capacidad, pública o privada, a mi país".

"En próximos días, en Diputados se discutirán las nuevas iniciativas relacionadas con la Fiscalía General. A efecto de no detener más las urgentes leyes que México necesita, he decidido enviar a Enrique Peña Nieto y Senado mi renuncia irrevocable a la PGR. Espero que legisladores tengan altura de miras y aprueben en breve las leyes que aseguren una Fiscalía General", concluyó.