
Andrés Manuel López Obrador intentó suavizar el golpe que recibió con el revés a su reforma eléctrica con una operación polÃtica muy veloz: aprobar fast track una ley minera que nacionalice el litio de México, aunque la constitución ya protege en su artÃculo 27 a todos los recursos naturales que está en el subsuelo del territorio.
El domingo fue un dÃa muy difÃcil para el oficialismo no sólo por el revés a esa reforma, sino porque la oposición se mostró unida, algo que hasta ahora no se habÃa observado en casi ningún ámbito de la vida polÃtica durante la 4T.
Y mientras todo esto ocurrÃa, Mario Delgado descansaba en una playa de Puerto Escondido. El dirigente de Morena argumentó que habÃa ido a revisar los avances en la campaña de Salomón Jara y atender "asuntos personales". Según pudo saber LPO, el asunto personal eran nada menos que unas vacaciones con su hijo.
Bronca en Palacio Nacional con Gutiérrez Luna: "Se olvidó que nosotros lo pusimos ahÃ"
El problema para Delgado es que AMLO ya traÃa viejas broncas con parte de su equipo más cercano. Ignacio Mier -sucesor de Delgado en la coordinación de Morena en Diputados- es apuntado por no haber logrado partir la posición de los opositores en la discusión de la reforma eléctrica.
TodavÃa más duras son las crÃticas que carga Sergio Gutiérrez Luna, a quien acusan de ineficaz, no sólo por el errático control que llevó en la sesión del domingo, sino porque su operación para amarrar al consejero del INE José Roberto Ruiz Saldaña terminó con un nuevo opositor en el Instituto.
El delgadismo atraviesa varias crisis, tanto puertas para adentro como para afuera. Una de los principales problemas de Delgado es la pésima imagen que trae entre los obradoristas "puros", quienes consideran que su administración del partido fue pésima y que sólo se ganan elecciones por la figura de AMLO. Ya empiezan a haber dudas sobre los manejos económicos en el partido.
Puertas afuera la cosa todavÃa peor: Delgado decidió pegarse al discurso de AMLO y perdió asà su imagen de "centrado", que cultivó en los inicios de su carrera polÃtica junto a Ebrard. Sus asesores creen que necesitarán de todo el voto duro del obradorismo para poder pelear una CDMX con gran parte del electorado "aspiracionista" de clase media. Y encima ahora estará al frente de la campaña de escraches contra diputados opositores.
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