No hay duda que la llegada de la ministra Norma Piña a la Presidencia del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) significó un golpe a la operación judicial de la 4T, y como adelantó LPO, ha barrido con los hombres cercanos al ministro Arturo Zaldívar, quien se coordinó sin problemas con el entonces consejero Jurídico, Julio Scherer.

El operador más leal a Zaldívar no fue otro que el abogado Carlos Antonio Alpízar, a través de quien Zaldívar y Scherer enviaban instrucciones a juzgados de control y tribunales en las causas que eran prioritarias para Palacio. Eso se acabó con la Presidencia de la Corte en manos del grupo de los abogados con carrera judicial.

Ahora, así lo informó esta redacción días atrás, el secretario Adán Augusto López reclutó a Alpízar para que opere asuntos judiciales desde el Palacio de Cobián, aunque oficialmente se encargará de las "relaciones institucionales" en la Secretaría de Gobernación. Al interior de la Suprema Corte de Justicia la versión es otra.

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De acuerdo con las mismas fuentes, Alpízar no ha dejado de presionar a jueces y tribunales sólo que Norma Piña lo ha desautorizado. Con su nombramiento como funcionario de la Segob, en el Poder Judicial ya no habrá duda de que los mensajes del abogado vienen directamente desde Palacio Nacional.

Este enroque en el Consejo de la Judicatura se suma a otros movimientos del personal cercano a la 4T, como es el caso del abogado Constancio Carrasco Daza, quien estaría preparando sus maletas para sumarse a la Fiscalía General como encargado de Control Regional y coordinar todas las delegaciones de la FGR.

En el CJF, Carrasco Daza se desempeñó como encargado de la consolidación del Nuevo Sistema de Justicia Penal, lo cual le permitió a conocer a prácticamente todos los jueces del país. Con Piña en la Presidencia del Consejo de la Judicatura la 4T no sólo perdió el control de la Corte, también quedó débil ante los juzgados; ahora con Alpízar en Segob y Carrasco en la FGR, Palacio busca acomodar piezas apretar a los jueces.