En el búnker de Esteban Villegas no sólo están afinando la estrategia para impulsar a su candidato para elección a gobernador en el tramo final de la campaña. También empezó a crecer una preocupación por la toxicidad de algunos perfiles de la coalición que podrían perjudicarlo.

En los últimos días, algunos colaboradores hablan de "sacudirse" a esos personajes que lejos de impulsar a su gallo, lo están hundiendo por presuntos actos de corrupción y un muy posible juicio por desfalco, especialmente en torno al municipio de Gómez Palacio.

Las carpetas de investigación por parte de la Fiscalía Anticorrupción de Durango y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) pesan sobre las espaldas de la ex presidenta municipal de Gómez Palacio, Juana Leticia Herrera Ale y de su ex tesorero, Óscar García Villarreal.

Se los investiga por presunto desvío de más de 600 millones de pesos al municipio, y lo grave es que ambos personajes están estrechamente ligados al candidato a la gubernatura del estado, Esteban Villegas. De hecho, Herrera Ale se postula otra vez para volver a la presidencia municipal.

Medios de comunicación locales y nacionales han dado a conocer los números de carpetas sobre las investigaciones de corrupción que arrastra la también ex senadora por el desfalco millonario a las arcas públicas de la alcaldía de Gómez Palacios que gobernó en dos ocasiones.

El rol de Herrera Ale es además estratégico: no sólo se postula en la segunda ciudad de mayor padrón del estado, es también la encargada del PRI para estrechar acuerdos partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática.

Las denuncias van desde contratos a empresas sin que se hayan realizado servicios; apoyos sin entregar; gastos millonarios no especificados; depósitos en efectivo a cuentas fantasma; obras inconclusas; medidores de agua no instalados; además de licitaciones no realizadas y por lo tanto, no ejecutadas.

Con mucho que explicar, la ex presidenta municipal puede ser más perjudicial que benéfica para el flamante candidato duranguense.