La intención de barrer con lo que queda del anayismo al interior del PAN es clara y ahora comienzan los primeros pasos concretos que Rafael Moreno Valle cocinaba desde hace meses: alza la mano para competir por la dirigencia nacional del partido junto a Gil Zuarth y Marko Cortés.

Como ya lo había adelantado LPO, el poblano llegó a Monterrey con el objetivo de cabildear apoyos para su ambiciosa meta. La entidad es un punto de partida clave, pues tiene una idea positiva de la performance panista que tuvieron las últimas elecciones en Nuevo León.

En la reunión a puerta cerrada, Moreno Valle tocó puntos relevantes con cabezas de los diferentes grupos del albiazul en la entidad. Junto Baltazar Martínez y Policarpo Flores, ambas figuras ligadas a Raúl Gracia, Victor Perez del grupo de Santa Catarina y Alfonso Robledo, el ex gobernador de Puebla fue muy crítico del armado de Anaya en estas elecciones federales.

No ha sido un secreto que dentro y fuera del partido el cuestionamiento ha sido muy fuerte para la coalición presidencial y al candidato que resultó de aquello. Esta fue la constante en la charla de RMV, quien apunta que el gran error de Anaya fue sobrevalorar los puntos que se aportarían a un Frente que terminó por obtener muy pocos puntos a partir de los votos sumados por el PRD y Movimiento Ciudadano.

[Previo al Consejo Nacional del PAN, Anaya reapareció junto a Zepeda]

Se trata de una primera reunión en la que el poblano ya habla con los capitanes presupuestales y las figuras panistas de un Nuevo León que puede aportar un peso relevante en la carrera por la dirigencia de Acción Nacional.

En esta disputa, dos nombres habían tomado relevancia al ser los representantes de los dos grupos que hoy disputan el control del PAN: por un lado, Marko Cortés, quien es la imagen del continuismo anayista; y Roberto Gil Zuarth, quien agrupa a todos los heridos por el plan presidencial del Frente y cuya expresión más refinada se encuentra en los calderonistas.