Jared Kushner privilegia sus negocios y no volverÃa a la Casa Blanca si Trump gana las elecciones. Las presencias de Pompeo y Lighthizer. El pedido de Salazar. |
Figuras ineludibles del anterior sexenio que conversan con Jared Kushner, yerno de Donald Trump, coinciden en un comentario de corte negativo: el exasesor senior de la Casa Blanca está demasiado ocupado con su fondo de inversión con sede en Miami y no tiene intención de regresar a Washington si Trump es electo presidente en noviembre.
El paso por la Casa Blanca le valió a Kushner demasiados dolores de cabeza en los tribunales, especialmente por lo ocurrido en el asalto al Capitolio de enero del 2021. También le complicó, por cuestiones de compliance, la captación de algunos socios para sus inversiones en Europa, concretamente en Munich, a través de su fondo Affinity.
Para México es complejo porque Kushner fue crucial para que Trump no desarmara el T-MEC y además fue un mediador full-time tanto con Enrique Peña Nieto como con Andrés Manuel López Obrador. En cuanto a Claudia Sheinbaum, será a ella a quien le toque la primera revisión del rumbo del Tratado en 2026.
Sobre las peripecias de Kushner en la relación bilateral aparecen mayores detalles en su libro referidas a su paso por el Ala Oeste, "Breaking History: A White House Memoir".
El panorama no solo es desafiante por la probable ausencia de Kushner, sino por ciertas presencias que tienen una tónica compleja para con México. Por ejemplo, está fuerte en el entorno de Trump su exnegociador del Tratado, el embajador Robert Lighthizer, quien desde que dejo Washington se afincó en Florida donde asesora a productores agropecuarios que libran una batalla permanente con sus pares mexicanos.
También Trump ha vuelto a hablar a menudo con Mike Pompeo, que en un libro publicado a comienzos del año pasado defenestro el papel de Marcelo Ebrard como canciller del Gobierno mexicano al sostener que lo hizo ceder en todo lo que negociaban cuando Pompeo era secretario de Estado en la administración Trump. Pompeo critica cada tanto a Trump, pero, tal como reveló Steff Danielle Thomas en The Hill, aceptarÃa formar parte de su segundo gobierno.
Con este panorama el accionar del Gobierno de cara a los próximos meses se vuelve determinante. Por eso Ken Salazar ha comenzado a deslizar que serÃa bueno que López Obrador deje de mencionar tanto a Cuba y a Venezuela como posibles destinatarios de apoyo de Estados Unidos para paliar la migración. Sucede que esa idea es aprovechada por los republicanos para golpear la reelección de Joe Biden.
Basta con ver las reacciones en Washington a la entrevista del presidente con el programa "60 minutes" de CBS, el pasado domingo: el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, se lanzó contra los dichos del mandatario mexicano y aprovechó para vincularlo a su "socio" Biden.
Es una negociación complicada, sobretodo por la retórica a veces incontenible del presidente, pero fundamentalmente porque López Obrador está convencido de que ha ayudado a Biden en todo lo que ha podido en materia migratoria y de seguridad. Y entiende que esa buena voluntad no ha sido reciproca.
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