La llegada de Américo Villarreal a Tamaulipas no sólo provocó una inestabilidad en la seguridad del estado, también hay ya un descontrol en la administración. Al menos en estos términos se refieren al despido de siete de ocho subdelegados de Programas del Bienestar, con la presunta ayuda del vocero presidencial Jesús Ramírez Cuevas.

De inmediato uno de los despedidos reclamó al gobernador morenista por el "atropello a la vida democrática del estado". Y acusó al hijo de Villarreal, "Ameriquín", de ser un "aviador". "Todos lo sabemos que es quien manda en Bienestar Federal, Luis Lauro Reyes [el superdelegado] solamente es el mayordomo de ustedes. Es una marioneta", reprochó.

Sólo en Ciudad Madero se ratificó el cargo del subdelegado, una estructura que armó el senador José Ramón Gómez Leal cuando fue superdelegado de Tamaulipas y que en su momento trabajó para la aspiración presidencial del exsecretario Adán Augusto López. Hasta su remoción, los siete subdelegados del Bienestar seguían respondiendo a JR, y no a Lauro.

Crisis política en Tamaulipas: Crece la guerra entre Américo y los alcaldes de Morena

Precisamente este día, cuando el tabasqueño arribó a Tamaulipas para hacer campaña, se reportó que hombres armados atacaron vehículos en donde viajaba el secretario general de Gobierno, Héctor Villegas, "el Calabazo", a quien se le vincula con Sergio Carmona, el rey del huachicol en el estado.

Debilitada su estructura sin los subdelegados y con la operación a favor de la campaña de Claudia Sheinbaum, Ramírez Cuevas y Américo Villarreal metieron leña al fuego en un estado donde los alcaldes morenistas no respaldan al gobernador de su propio partido, y donde el gobernador trabaja para ninguno de sus alcaldes se reelija.

Mientras tanto, Francisco Javier García Cabeza de Vaca se frota las manos pensando en su regreso del exilio, y la seguridad se deteriora en el estado y las grillas morenistas se intensifican.