Los sondeos sobre la elección a la gubernatura de Guanajuato podrían ser optimistas para algunos, incluso francamente vendidos a la 4T por un crecimiento de Morena en el estado. Lo cierto es que se registra una tendencia a la baja en el oficialismo panista de Diego Sinhue Rodríguez.

El gobernador no ha podido contener la violencia y la inseguridad en el estado, el rubro en el que los guanajuatenses califican peor el desempeño de la actual administración y la mayor preocupación entre la población general. Ahí es donde podría tener una oportunidad la 4T, y lo que explica el activismo del expresidente Vicente Fox defendiendo su bastión panista.

También es por ello que Ernesto Prieto Ortega, director del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, ya avisó que buscará nuevamente la gubernatura, luego de su fallido intento en 2012 por el PT, aunque ahora en una mejor posición como amigos del presidente López Obrador y aprovechando los cambios del gabinete federal.

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Tanto su familia (uno de sus hijos es diputado local y otro más es administrador central del SAT) como el propio Prieto Ortega se han consolidado dentro de los grupos de poder de la 4T, al estilo de los Alcalde Luján, los Sandoval Ballesteros o los Taddei. Los nuevos ricos.

En Guanajuato han desplegado tal poder de influencia que, como contaron en la dirigencia estatal de Morena a LPO, no dejarán que Ricardo Sheffield sea nombrado -como presume en público y en privado- candidato de la 4T en el estado, tras su conocido historial de fracasos.

En estos casos, ha ocurrido repetidas veces en la administración federal (Ricardo Mejía es el más claro ejemplo), Prieto dice tener el visto bueno de AMLO, algo que también presume Sheffield. Y aunque ninguno quiere repetir el escenario de Coahuila, el director del INDEP asegura que postular al de Profeco sería como ir a una elección con Armando Guadiana.