Sin una innovación real ante los retos del presente y el futuro, el secretario de educación Aurelio Nuño presentó hoy el programa “@prende 2.0” que de acuerdo con el funcionario tomó como base las experiencias de la revolución digital de la última década.

Presentando esta nueva estrategia digital al estilo que nos tiene acostumbrado esta administración (un orador que despliega un discurso a la Steve Jobs frente a un auditorio adormecido y aplaudidor), Nuño apareció en el antiguo edificio de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para hablar de los beneficios de “@prende 2.0”, iniciativa del gobierno federal y empresas privadas.

En general, este nuevo programa gubernamental tratará de explotar la potencia de las Tics (tecnologías de la información y la comunicación) en el aula de clases de 3 mil escuelas, siempre un paso atrás de lo que ya sucede en las aulas, tras la entrega durante los primeros tres años de la administración peñista de 1.9 millones dispositivos electrónicos, entre ellos, tabletas electrónicas y computadoras portátiles.

Además de capacitar a los profesores en la vida digital, garantizar plataformas tecnológicas de calidad y conectividad de banda ancha para los dispositivos, “@prende 2.0” intentará iniciar oficialmente la fase en línea de la educación en el país, para lo que invitó a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a empresas privadas como Google, AT&T, Microsoft o Intel.

“Es un siguiente paso en la estrategia digital acorde con la reforma educativa, acorde con el nuevo modelo educativo, retomando diversas experiencias y haciendo una propuesta como nunca antes se había hecho en México, integral que lo que busca es capacitar maestros, que lo que busca es tener grandes plataformas de contenidos educativos para tener la plataforma de contenidos más grande de Iberoamérica y por supuesto una nueva estrategia que funcione”, explicó el Aurelio Nuño, quien asimismo estimó que bastarían 7 años con la inversión suficiente para conectar a todas las escuelas del país.

¿Quién será ese inversor que hará posible esta odisea?