En el último tramo del año y del sexenio Petróleos Mexicanos (Pemex) está lejos de cumplir sus metas de producción de crudo. Más allá de sus abultados problemas financieros, la petrolera enfrenta también problemas de planeación para explotar los campos nuevos, lo que impedirán cerrar el sexenio cerca de los 2 millones de barriles diarios prometidos.
Hasta noviembre de este año -según datos que corresponden al más reciente informe- Pemex reporta alrededor de un millón 600 mil barriles diarios de crudo, con una caÃda en el onceavo mes del año de 8% frente al mismo mes del año pasado.
El mercado descarta que en un mes la empresa estatal pueda meter velocidad para alcanzar el millón 886 mil barriles diarios comprometidos para el cierre de este año, pero tampoco ve posibilidades de que haya mejores condiciones para 2024.
Eso debido a que los nuevos campos en tierra como Quesqui, Ixachi y Tupilco, no están logrando los objetivos estimados, pues su producción no ha logrado compensar la caÃda de los principales activos marinos, explicó en diálogo con LPO el analista del sector Arturo Carranza.
Sucede que todos estos campos, que fueron la gran promesa de esta administración, sufrieron fuertes rezagos debido a una mala planeación en las licitaciones, señala el experto. "Tuvieron problemas para encontrar proveedores interesados debido a las caracterÃsticas de las licitaciones", dijo, detallando que para los contratistas, éstas eran muy "desproporcionadas" pues planteaban un bajo techo presupuestal y tiempos muy breves.
Aunado a eso, Carranza refiere que una vez que se lograron concretar las licitaciones se enfrentaron retos técnicos muy complejos que derivaron en que algunos tuvieran incluso que abandonar los proyectos de estos campos, incluyendo Quesqui.
"No se trata de un problema de voluntad o incluso falta de recursos, sino que no están logrando concretar acuerdos y parece haber un limitado entendimiento en cuanto a los servicios que estaban contratando", agregó.
En ese contexto Carranza descarta que esta administración alcance las metas programadas para 2023 asà como para el cierre de sexenio, establecidas en octubre pasado en 1 millón 887 barriles diarios. Eso, sin olvidar que a lo largo del gobierno de AMLO las metas se han ido reduciendo año con año.
Aunque por otro lado también es de reconocer que este gobierno cumplió con la meta de frenar la caÃda estrepitosa de la producción. En opinión de Carranza, al cierre del sexenio Octavio Romero Oropeza podrá presumir de estabilización, aunque no de incrementar la producción, calculando que logrará mantener las cifras actuales.
Vale decir que los problemas en campos con contratistas, las devoluciones, no son una problemática exclusiva del gobierno de la 4T. Una de las quejas en el mercado es que el contexto actual confirma que el cuarto de datos de Pemex que Luis Videgaray abrió a los privados en el marco de las rondas petroleras no correspondÃa a la realidad.
Otro problema que enfrenta la petrolera es en materia de refinación; negocio que le sigue generando pérdidas. Y es que este año sus refinerÃas no logran superar ni el 50% de su capacidad, las más rezagadas son Madero, Salamanca y Cadereyta. Dos Bocas se prevé que empiece a producir comercialmente hasta la primera mitad del 2024.
Bajo ese escenario y ante las abultadas deudas de la petrolera, no se descarta que el próximo gobierno tenga que debatir la permeancia de alguna de estas refinerÃas.
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