El gobierno de Andrés Manuel López Obrador cerrará con un incremento de 110% en términos reales del salario mínimo tras el reciente acuerdo trilateral de llevarlo a 249 pesos diarios, sumando cinco años de acuerdos con el sector patronal y obrero. Sin embargo, la siguiente administración tendrá un margen más limitado para replicar la fórmula, anticipan expertos.
Por décadas ningún gobierno había impulsado el alza salarial bajo el argumento de que implicaría fuertes presiones salariales, sin embargo, hasta el momento y a pesar de la fuerte recuperación del poder adquisitivo, ese temor no se materializó. "Rompe con el tabú de que hasta antes de este gobierno no se podía aumentar arriba de la inflación", dice Ignacio Martínez, coordinador del LACEN-UNAM.
Si bien en esta administración Banco de México ha enfrentado fuertes presiones inflacionarias, el tema salarial no explicó su origen: lo fue la pandemia en primer lugar y luego se acentúo con la guerra en Ucrania. Aunque actualmente la resiliencia en el mercado interno significa importantes retos para que le banco central pueda bajar del 4%.
Salario Mínimo: AMLO repite incremento de 20% para el último tramo de su gobierno
Para el último año de este gobierno el consenso estima que la inflación cierre en 4.01% y en esa estimación ya está incorporado un aumento al salario mínimo de alrededor de 20%, tal como aplicará a partir del 1 de enero del año próximo. Banxico anticipa que será hasta 2025 que logren llevar la tasa al 3%.
En diálogo con LPO, Iván Arias, analista de Citibanamex explica que en gran medida el que no se haya mostrado un traslado muy fuerte a la inflación se explica en que es un porcentaje bajo de trabajadores formales que reciben el salario mínimo.
El tema sin duda será relevante en la contienda electoral. Por lo pronto ya forma parte de las promesas de la precandidata de la 4T Claudia Sheinbaum ante el sector sindicalista. Xóchitl Gálvez, por su parte, no ha hecho hasta el momento un pronunciamiento al respecto, aunque en el pasado ha argumentado que estos acuerdos no deben atribuírsele al gobierno y que las empresas privadas ofrecen salarios muy por arriba del mínimo.
Especialistas consultados por LPO explican que el escenario económico será diferente para quien asuma el cargo en Palacio Nacional y limitará las chances de seguir haciendo incrementos de doble dígito y muy por arriba de la inflación, como lo hizo el gobierno. En ese panorama, las presiones inflacionarias no son el único reto: también lo será las finanzas públicas.
"Estamos esperando que en 2025 la economía tenga una mayor desaceleración y un factor será que para lograr la consolidación fiscal, el próximo gobierno tendrá que hacer ajustes, ya sea vía recortes al gasto o aumento de impuestos", dice Arias. Citibanamex considera un crecimiento de solo 1.7% para el primer año del próximo gobierno.
SI bien el experto descarta que en la siguiente administración el gobierno tenga espacio para seguir subiendo más del 10%, considera que será deseable alzas por arriba de la inflación para seguir con la recuperación de salarios mínimos, que mostraba fuertes rezagos al inicio de este gobierno.
Para el economista Mario Correa, la presión inflacionaria tampoco debe descartarse en adelante: "Es una mala noticia para la inflación en algunos bienes y servicios cuyos proveedores tengan espacio para incrementar sus precios por el mayor costo". En ese escenario, un factor que los expertos destacan es que puede presionar al banco central a mantener las altas tasas de interés por más tiempo.
Por otro lado, el sector empresarial también está dando señales de preocupación. En un documento de análisis publicado este domingo el Centro de Estudios de Económicos del Sector Privado (CEESP), que colaboran con el CEE, mostraron preocupación por el incremento actual: es otro golpe a las medianas y pequeñas empresas en un marco de baja productividad laboral, dicen.
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Alertan que los costos de la mano de obra crecerán de nuevo significativamente y en 2024 podrían ser 60% mayores a los de 2018 y señalan que la cautela en Banxico podría alargar la carestía de crédito para capital de trabajo en las MiPyMEs.
Quien asuma el próximo gobierno enfrentará una dura discusión en la que el sector privado sin duda buscará garantizar mayores apoyos fiscales en un entorno donde el margen de maniobra en el presupuesto será mucho más reducido también.
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