César Camacho pone a prueba su liderazgo en la Cámara de Diputados ya que el PRI se encamina a mayoritear la Ley de Seguridad que pide la cúpula de las Fuerzas Armadas. El tricolor tendrá que sacar adelante la norma con sus propios diputados y satélites.

Será preciso evitar cualquier viaje u ausencia no programada. La presión ahora es mayor porque hay una promesa de Los Pinos a los militares de que la ley saldrá adelante. En la Cámara circulan diversas ideas, algunas incómodas para el PRI.

Por ejemplo se ha dicho que esta ley fue trabada durante meses por los diputados cercanos a Luis Videgaray. El canciller siempre ha creído que esta ley implica reconocer que México vive un estado de excepción. No solo eso: habría un correlato económico porque en los tratados de libre comercio firmados se establecen ciertos protocolos de Derechos Humanos y Seguridad con los cuáles esta norma no sería compatible.

Los panistas con el diputado Jorge Ramos intentaron establecer decenas de modificaciones, muchas avanzaron, pero todo volvió a retroceder cuando Ricardo Anaya pulverizó su relación con Los Pinos.

Camacho desde el lunes ha llamado a todos los diputados clave para que hoy jueves la norma se apruebe en comisión de Gobernación. El clima interno no es el mejor desde que por los sismos se suspendió el Fondo de los Moches que recibía cada diputado. Camacho tuvo una negociación con otras fuerzas por este tema que no dejó buen sabor a ciertos sectores de la bancada tricolor.