Por ahora, Moody's es la única calificadora que resta por cambiar la perspectiva negativa que tiene sobre la nota crediticia de México -como ya lo hicieron S&P y Fitch-, más allá de eso, muestra preocupaciones sobre puntos que ve como impedimentos estructurales para el crecimiento económico del país, aunque eso no implique que deje de dar un voto de confianza a las políticas del Gobierno actual.

Ante la coyuntura que atraviesa el país de frente a las negociaciones del TLCAN que estarán por empezar en una semana, la calificadora se muestra escéptica y afirma que ahí no está la respuesta para impulsar a la economía nacional.

En su documento de análisis, la firma expone que a pesar del acuerdo con EU y Canadá, México no ha logrado las grandes tasas de crecimiento que se esperaban con la liberación de su economía y las brechas de salarios y productividad versus Estados Unidos se han ensanchado en lugar de reducido.

En su documento, "Las conversaciones exitosas del TLCAN por sí solas no solucionarán los impedimentos estructurales al crecimiento de México", se expone que México ha mantenido su ventaja competitiva mediante un crecimiento negativo del salario real, a expensas de los niveles de ingresos. Como resultado, en lugar de converger a través del comercio, las brechas salariales y de productividad versus Estados Unidos se han ampliado".

Sin embargo, la analista Madhavi Boki da un voto de confianza a las políticas que ha implementado el Gobierno, específicamente la creación de las Zonas Económicas Especiales, que presentó el presidente Enrique Peña Nieto en 2014 junto a las reformas estructurales.

"El avance gradual de la implementación de la agenda de las reformas estructurales puede generar contrapeso para el riesgo comercial que enfrenta México", dijo, enfatizando que "dos políticas específicas que se están considerando: la creación de Zonas Económicas Especiales para atraer inversiones y crear empleo en las regiones más pobres, y la introducción del seguro de desempleo para fomentar la formalización del empleo". 

"Si se aplican bien, estas políticas, en parte, abordarán algunos desafíos con respecto a la disparidad regional y la informalidad en el empleo, particularmente en el sector no agrícola sector", señaló la analista. 

Aunque también indica con cautela que "aún queda por ver en qué medida y durante qué período estas reformas conducirán a una mayor formalización y ampliación de las empresas ya aumentar la productividad a nivel agregado". 

Además, señala que las empresas aprovechen las ganancias de productividad derivadas de la ampliación y modernización de los procesos de producción, serán igualmente importantes otros aspectos del programa de reformas estructurales, incluidas las mejoras en la educación y el desarrollo de aptitudes. 

"Si bien son parte del programa general de reforma, dada la complejidad de los desafíos, abordar estos temas llevará tiempo".

También da acaso un guiño en el que no se desentiende de las opiniones de las demás calificadoras: "A pesar de los retos del crecimiento, la administración fiscal continúa apoyando la solvencia soberana. Este historial de gestión fiscal prudente ha ayudado a anclar la solvencia".