Editorial
El único camino es un régimen multimonetario
Por Jorge Capitanich
La realidad de Ecuador, Panamá y otros países de experiencia similar determinan que la dolarización no es ni una panacea ni la solución para nuestros problemas

El debate alrededor de la dolarización carece de sentido en virtud de los costos que acarrea y los difusos beneficios que se pretenden instalar. La realidad de Ecuador, Panamá y otros países de experiencia similar determinan que no es ni una panacea ni la solución para nuestros problemas.

La realidad es superior a la idea, sostiene el Papa Francisco. La realidad indica que fácticamente el régimen monetario de la República Argentina es dual. Se efectúan transacciones en pesos de manera corriente, pero se utiliza el dólar con varias funciones del dinero.

Adoptar el dólar como moneda también debe presuponer la existencia del país emisor que tiene las siguientes características: 1) déficit fiscal sostenido en torno al 5 % del PIB, 2) déficit en cuenta corriente equivalente, 3) aumento sostenido de la deuda pública del 30 % del PIB al 138 % en los últimos 50 años, 4) licuación de la deuda con la manipulación de tasas de interés y de inflación, 5) actitudes unilaterales como la declaración de inconvertibilidad del dólar y otras medidas extremas y compulsivas de carácter histórico.

No debe excluirse al país emisor de ciertas aristas reputacionales.

La propuesta más adecuada para la República Argentina es adoptar en forma simultánea cuatro decisiones enmarcadas en un plan económico holístico, sistémico e integral.

1.1. Exteriorización de activos financieros y reales con modificaciones en las leyes de procedimientos tributarios 11683 y modificatorias para permitir un blanqueo general hacia adelante y eliminación de las DDJJ para atrás sólo disponibles para aquellos contribuyentes que voluntariamente lo quieran realizar.

1.2. Adopción de peso argentino como moneda digital de curso legal obligatorio para todas las transacciones en materia de bienes y servicios y unificación del tipo de cambio en un MULC en base a un tipo de cambio flotante de canasta de monedas con el objeto de disponer de trazabilidad de cada operación registrada en el sistema, eliminando la evasión y/o elusión fiscal.

1.3. Establecer un régimen multimonetario con acuerdo de swaps de monedas con todos los países del mundo mediante cuentas fiduciarias con el 100 % de encaje (Banca Simons) para la circulación de transacciones en el país y penalización del 30 % de impuesto directo de salida en depósitos del exterior. Esto implica que el blanqueo permite disponer de las monedas de ahorro para transacciones económicas sin impedimento alguno, pero con registro y trazabilidad sujetándose las compras al exterior a través de una SIRA con el objeto de evitar alteración en el mercado doméstico mediante CUIT exportador sin intermediación utilizando la inteligencia artificial para las autorizaciones, pero advirtiendo su desregulación progresiva con la normalización del proceso.

1.4. Disposición de los pasivos monetarios del BCRA con un mecanismo de inversión en la producción de bienes y servicios, obras de infraestructura con securitización de flujo financiero para reordenar el sistema financiero.

Se estima un PIB fuera del circuito formal. Incluirlo implica un alto impacto. No permitir la circulación de monedas múltiples y la trazabilidad con moneda digital presume la existencia de un régimen bimonetario con alta informalidad

La ejecución de estas medidas con modificaciones de leyes y decretos del PEN implica un impacto extraordinario en el aumento del PIB, la reducción drástica de la tasa de desempleo formal e informal, la reducción abrupta de la tasa de interés, de la tasa de inflación, del riesgo país y de la deuda respecto al PIB.

Se estima un PIB fuera del circuito formal. Incluirlo implica un alto impacto. No permitir la circulación de monedas múltiples y la trazabilidad con moneda digital presume la existencia de un régimen bimonetario con alta informalidad.

No es posible tener un orden macroeconómico sin regla fiscal, monetaria, cambiaria con alta informalidad laboral y desequilibrjos estructurales.

Nadie está dispuesto a declarar activos financieros sin capacidad de uso en la misma moneda, para lo cual, el uso de las mismas para transacciones constituye un incentivo claro.

Nadie puede confiar ciegamente en el sistema financiero, para lo cual es sustituto perfecto de una caja de seguridad es un depósito con 100 % de encaje en cuenta fiduciaria individual y colectiva.

Ningún país puede embarcarse en una aventura de renunciar a su soberanía monetaria sin antes verificar el cambio que experimenta el mundo de transacciones internacionales.

No puede excluirse ninguna moneda ni tampoco el uso de criptoactivos.

Se trata de un diseño práctico y simple.

Una persona A puede disponer 1 M de dólares no declarados. Lo incluye en la DDJJ impositiva. Lo deposita en su cuenta fiduciaria del banco. Usa para pagos en la misma moneda. Si decide promover una imposición financiera debe estar encuadrada en la regulación del BCRA.

Puede efectuar el pago a una persona B por la compra de un bien durable. La persona B paga a la C en la misma moneda y queda registrada.

Pero las transacciones en pesos se registran en moneda digital, del mismo modo que las transacciones en moneda extranjera.

Nadie puede dejar de observar que el mundo se encamina a un régimen de transacciones digitales que tienden a sustituir el papel moneda. Tampoco nadie puede soslayar que existe un reacomodamiento de las distintas monedas en el sistema monetario internacional.

Y, por último, nadie puede dejar de analizar que la coexistencia de un régimen bimonetario fáctico con alta informalidad genera una constante tensión entre la ley de Gresham y la ley de Thiers.

El deterioro del orden macroeconómico en un régimen bimonetario es directamente proporcional al endeudamiento externo que resta grados de libertad en el modelo de acumulación en moneda extranjera y al desequilibrio en la estructura productiva en virtud de la demanda de dólares para el financiamiento de las importaciones.

La única manera de resolver en forma simultánea todos los problemas es aplicando todas las medidas en forma integral. Con el saldo de la balanza en cuenta corriente no alcanza. Ni tampoco con inversiones extranjeras directas.

La crisis es mucho más estructural y más densa. Es un problema cultural y lo resuelve la gente todos los días.

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